(ZENIT – 25 junio 2019).- Esta mañana ha comenzado la trigésima Reunión del Consejo de Cardenales en el Vaticano, que preside el Papa Francisco.
Las sesiones de trabajo tendrán lugar hasta el próximo 27 de junio, y se abordará principalmente el tema de la nueva Constitución Apostólica, cuyo título provisional es Praedicate evangelium, según indica Vatican News.
El importante documento pontificio está llamado a sustituir la actual Constitución Apostólica «Pastor Bonus» de San Juan Pablo II, en vigor desde el 28 de junio de 1988, compuesta de 193 artículos, 2 anexos y modificaciones posteriores introducidos con 3 motu proprio de Benedicto XVI (2011, 2013 y 2013) y 1 motu proprio de Francisco (2014).
Son seis los cardenales que formas este Consejo: El cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, el cardenal coordinador Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, el cardenal Reinhard Marx, el Cardenal Seán Patrick O’Malley, el cardenal Giuseppe Bertello y el cardenal Oswald Gracias. Asimismo, estuvieron presentes el secretario del Consejo, Mons. Marcello Semeraro, y el secretario adjunto, Mons. Marco Mellino.
Consultas sobre el nuevo documento
El borrador del texto, aprobado por el Consejo Cardenalicio, fue enviado a los Presidentes de las Conferencias Episcopales Nacionales, a los Sínodos de las Iglesias Orientales, a los Departamentos de la Curia Romana, a las Conferencias de Superiores Mayores y a algunas Universidades Pontificias, a las que se pidió que enviaran observaciones y sugerencias.
Del mismo modo, en la 29ª Reunión, celebrada del 8 al 10 de abril de 2019, los colaboradores del Pontífice trabajaron en la orientación misionera que la Curia debe asumir cada vez más a la luz de la nueva Constitución Apostólica, el compromiso de fortalecer el proceso de sinodalidad en la Iglesia a todos los niveles, la necesidad de una mayor presencia de mujeres en puestos de liderazgo en los órganos de la Santa Sede.
Finalmente, se reiteró que el Consejo Cardenalicio es «un órgano que tiene la tarea de ayudar al Papa en el gobierno de la Iglesia universal y que, por lo tanto, su función no termina con la publicación de la Constitución Apostólica».