(ZENIT – 4 agosto 2019).- «Donde hay jóvenes, hay un estruendo y es una gracia», dijo el Papa Francisco concluyendo el Ángelus este domingo 4 de agosto de 2019.
Mientras saludaba a la multitud presente en la plaza de San Pedro en Roma, el Papa también expresó su cercanía a las víctimas de la violencia en los Estados Unidos y dio a los sacerdotes el ejemplo del Santo Cura de Ars, celebrado hoy.
AK
Palabras del Papa después de la oración mariana
Queridos hermanos y hermanas:
Estoy espiritualmente cerca de las víctimas de la violencia que ha ensangrentado a Texas, California y Ohio, EE. UU., afectando a personas indefensas en los últimos días. Los invito a unirse a mi oración por todos aquellos que han perdido la vida, por los heridos y sus seres queridos.
Dios te salve María …
Hace 160 años, murió el Santo Cura de Ars, un modelo de bondad y caridad para todos los sacerdotes. En este significativo aniversario, quería enviar una carta a los sacerdotes de todo el mundo, para alentarlos en la fidelidad a la misión a la que el Señor los ha llamado. Que el testimonio de este humilde y devoto párroco totalmente dedicado a su pueblo nos ayude a redescubrir la belleza y la importancia del sacerdocio ministerial en la sociedad contemporánea.
Los saludo a todos, romanos y peregrinos de diferentes países: familias, asociaciones y fieles.
Hoy, varios grupos de adolescentes y jóvenes están presentes. ¡Los saludo con mucho cariño! Donde hay jóvenes, hay ruido y es una gracia. En particular, saludo a los equipos de baloncesto femenino de la Universidad Americana de Nuevo Mexico y Nebraska; el grupo de la Pastoral juvenil de Verona; a los jóvenes de Ponte di Brenta, Entratico, Cerese; a los seminaristas del Seminario Menor de Bérgamo.
Les deseo a todos un buen domingo. Por favor, no se olviden rezar por mí. ¡Buen apetito y adiós!