(ZENIT – 12 agosto 2019).- El Papa Francisco ha firmado un quirógrafo que establece nuevos Estatutos para el Instituto de Obras Religiosas (IOR), fechado el 8 de agosto de 2019, anunció la Oficina de Prensa de la Santa Sede el 10 de agosto de 2019. Confirma su misión con vistas a las «obras de religión o de caridad» y refuerza el proceso ya en marcha hacia un cumplimiento cada vez mejor de las normas internacionales.
El objetivo de los nuevos Estatutos, dice el Papa en este quirógrafo, es «continuar adaptando las estructuras y la actividad del Instituto cada vez más eficazmente a las exigencias de los tiempos, en particular, a la colaboración y responsabilidad de los laicos católicos competentes». Ad experimentum por dos años, entraron en vigor desde de su publicación en L’Osservatore Romano el domingo 11 de agosto de 2019.
El Papa recuerda que la misión de este Instituto es «la custodia y administración de los bienes muebles e inmuebles transferidos o confiados al Instituto por personas físicas o jurídicas y destinados a obras de religión o de caridad».
Para Andrea Tornielli, «la renovación de los Estatutos de la IOR representa un paso importante en el proceso de integración de las normas internacionales de transparencia, pero también y sobre todo una renovada fidelidad a la misión original del Instituto de Obras Religiosas».
En cuanto a los órganos de gobierno, el director editorial del Dicasterio de la Comunicación señala en particular que «los mandatos de los miembros de la Comisión Cardenal y de la Junta de Superintendencia serán renovables una sola vez», lo que demuestra «una mayor voluntad de garantizar la renovación de los cargos y de las actividades de control y supervisión».
Además, el papel del prelado, que es uno de los órganos de gobierno, está mejor definido. Es responsable de «mantener un esfuerzo constante con los directores y empleados», «promover la dimensión ética de su trabajo» y asegurar los «archivos de la Comisión del Cardenal». Tiene un mandato de cinco años, renovable una sola vez.
La figura del auditor externo se convierte en estatutaria, formalizando así una práctica que ha estado en vigor durante años para cumplir con las normas internacionales. Es nombrado por la Comisión Cardenal, a propuesta de la Junta de Superintendencia, por un período de tres años consecutivos, renovable una sola vez.
La última modificación de los Estatutos se remonta al 1 de marzo de 1990, con una quirografía de san Juan Pablo II que había dado una nueva configuración al Instituto, conservando su nombre y finalidad. Antes que él, el Papa Pío XII ya había renovado los Estatutos una vez más.