(ZENIT – 27 agosto 2019).- Venezuela es uno de los nueve países que comprende el vasto territorio amazónico. El territorio de la Amazonía comprende parte de Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Suriname y Guayana Francesa en una extensión de casi 8 millones de kilómetros cuadrados.
Del 6 al 27 de octubre de 2019, se celebrará en el Vaticano la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica, en la que obispos y expertos de todo el mundo reflexionarán sobre la «Amazonía: Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral».
La mitad de los bosques tropicales del mundo se encuentran en la Amazonía y albergan el 15% de la biodiversidad terrestre. La cuenca del río Amazonas y los bosques tropicales que la circundan nutren los suelos y regulan, a través del reciclado de humedad, los ciclos del agua, energía y carbono a nivel planetario.
Bolívar y Amazonas
La región amazónica de Venezuela, está localizada principalmente al sur del país en la extensión del río Orinoco, ocupa principalmente los dos estados más extensos del país: Bolívar y Amazonas, que con el estado de Delta Amacuro al noroeste del país y con una pequeña porción del estado apure al sur-oeste, suman 491.389 km², conformando más de 50% del territorio nacional.
El Estado Bolívar posee el más grande recurso hidroeléctrico del país, que provee cerca del 80% de la energía al territorio nacional. Venezuela depende del correcto funcionamiento de sus centrales hidroeléctricas y sus redes de distribución.
El Arzobispo de Ciudad Bolívar, Mons. Ulises Gutiérrez, denunció en marzo de 2019, que desde hace más de 12 años y muy especialmente en los últimos días, fueron sido testigos de la incapacidad del régimen a la hora de afrontar crisis eléctricas que son producto de su propia falta de gerencia y desidia, causando apagones en el territorio nacional por más de 5 días, que afectaron a hospitales y clínicas, servicios públicos, comunicaciones, actividades bancarias, paralizando el país como nunca antes en su historia.
Esta región amazónica posee baja densidad de población (aprox. 20 hab / km²), representando sólo el 8,5% de la población total, es decir, aproximadamente de 32 millones, sin embargo, en esta zona habitan 24 pueblos originarios de la totalidad que viven en Venezuela.
Yacimientos de oro
La extracción ilegal de oro, especialmente en el estado de Bolívar y Amazonas, donde se encuentran el 60% de los yacimientos de todo el país, atrajo grandes flujos migratorios del interior y de los países vecinos, produciendo grandes daños ambientales e impactos negativos en los pueblos originarios de estos estados.
Además, en los últimos años, el Estado venezolano, ante la baja del petróleo crudo, a través de convenios con diversos países y empresas transnacionales, emprendió una nueva política minera de forma vertiginosa e invasiva. Esto generó consecuencias devastadoras como la destrucción de la naturaleza y la exclusión y agresión a los pueblos que habitan en la región.
Iglesia en la Amazonía de Venezuela
La Iglesia católica inició su presencia en el territorio venezolano en el siglo XVIII con los Padres Jesuitas, Capuchinos y Franciscanos. En 1767, los Jesuitas fueron expulsados de la colonia y 50 años después, cuando el Amazonas se liberó del dominio español, los misioneros franciscanos también fueron expulsados. Con la llegada de las fuerzas independentistas en 1817, la actividad de la Iglesia en el territorio prácticamente desapareció por casi un siglo, permaneciendo con la atención de sacerdotes diocesanos y algunos religiosos que aún quedan en el país.
Después de la guerra de la independencia, a principios del siglo XX, se restauraron las misiones en Venezuela; Siendo los Salesianos, los Capuchinos y los Dominicos quienes se encargaron de las mismas en el territorio amazónico venezolano, posteriormente se les fueron uniendo otras congregaciones como; las Hijas de María Auxiliadora (FMA), Misioneros y Misioneras de la Consolata, Misioneros Claretianos, Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret, Misioneras de la Caridad, Hermanas Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena entre otros.
En un proceso de aproximación cultural y antropológica entre los indígenas Yanomami, se realizaron intentos de formación de un clero autóctono, pero este no se ha podido concretar, sin embargo, actualmente se cuenta con un diacono permanente de la etnia indígena Piaroa, un sacerdote indígena Pemon y 5 Jóvenes seminaristas indígenas Pemon que cursan sus estudios en el Seminario Mayor Jesús Buen Pastor; todo esto con una visión de inculturación del Evangelio, respeto y comunión con las culturas existentes, en busca de un nuevo camino y rostro para la Iglesia en la Amazonía Venezolana.