(ZENIT – 10 oct. 2019).- «En la Iglesia nos encontramos en un ‘kairós eclesial’, un tiempo especial, y un ‘signo’ de ello es que en este Sínodo están participando 40 mujeres, detrás las cuales se encuentran muchas otras que participaron en el proceso de escucha pre-sinodal», ha indicado hoy la hermana Gloria Liliana Franco al ser preguntada sobre el deseo planteado de un ministerio diaconal para las mujeres.
Hoy, 10 de octubre de 2019, cuarto día de los trabajos del Sínodo de la Amazonía, la presidenta de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) ha intervenido en el briefing informativo diario sobre los mismos.
Para la religiosa, la Iglesia es «Madre», es «Maestra», pero hoy también “es fundamentalmente hermana y discípula”. Así, reiteró que en la Iglesia “este es un momento de gracia, este es un kairós, y Dios seguirá animando a la Iglesia hoy y en el futuro en este proceso de discernimiento que siga abriendo nuevos caminos, nuevas posibilidades y mayor sinodalidad”.
La Iglesia discierne
La Iglesia discierne y “el culmen del discernimiento no sabemos si será este momento u otro, pero seguimos en condición de hermanos y hermanas, porque eso somos, buscando que ese rostro de la mujer también pueda ser más nítido”, dijo la hermana Gloria Liliana. Y esto puede suceder “no desde el poder, fundamentalmente desde el servicio, desde la entrega, desde el reconocimiento y la valoración de un papel específico que las mujeres creyentes tenemos en nuestras comunidades, como teólogas, como catequistas, como animadoras, como promotoras de la calidad de vida de los pueblos”.
Además, añadió que “como mujeres tenemos todo un camino que recorrer, del cual no somos las protagonistas”, porque ya fue recorrido por muchas otras figuras femeninas. Y nombró los ejemplos de santa Clara de Asís, que ayudó a reconstruir la Iglesia; de santa Juana de Lestonnac, que fue la primera en el mundo que apostó por la educación de la mujer; Arisete, que acompañó a los indígenas en la Amazonía; la hermana María Inés, que lideró a los religiosos y religiosas de Brasil, e incluso nuestras madres y abuelas.