(ZENIT – 30 oct. 2019).- El ex comandante de la Gendarmería Vaticana, Domenico Giani, recibió el título de caballero de la «Gran Cruz de la Orden de Pío IX» o «Piana», la más alta distinción reservada a los laicos por el Vaticano, hoy, miércoles 30 de octubre de 2019, indicó la Santa Sede.
Giani ya había recibido la Legión de Honor en la Embajada de Francia ante la Santa Sede el pasado mes de junio.
La condecoración le fue entregada, en nombre del Papa Francisco, por el cardenal Giuseppe Bertello, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, en presencia del subsecretario de Estado, Mons. Edgar Peña Parra, del secretario de la Gobernación, Mons. Fernando Vérgez Alzaga, del nuevo comandante del Cuerpo de Gendarmería, Gianluca Gauzzi Broccoletti, y del comandante adjunto, Davide Giulietti.
Durante la ceremonia, el cardenal Bertello expresó su reconocimiento por el trabajo realizado por Domenico Giani para los papas, la Gobernación y la Secretaría de Estado, en resumen, «por los largos años de fiel servicio a la Iglesia y al Sucesor de Pedro».
Esta orden de Pío IX o «Piana» fue fundada por el Papa que le da nombre en 1847 y reformada por Pío XI en 1939. Es el «brazo ecuestre» de la llamada «familia pontificia» y el título de «caballero» se confiere con «parsimonia». El caballero, aunque no pertenezca a una familia aristocrática, puede elegir un escudo de armas: es noble y tiene prioridad sobre todos los demás laicos de la Guardia Suiza y de la Gendarmería Vaticana.
Es una orden reconocida por la República Italiana con los honores correspondientes.
Domenico Giani presentó su dimisión tras las filtraciones procedentes de la Gendarmería Vaticana, aunque no era personalmente responsable de ellas.
El 15 de octubre, dos días después de su dimisión, el Papa Francisco visitó a su familia en su casa del Vaticano como signo de estima y afecto. Habló con su esposa e hija. Su hijo vive en los Estados Unidos y estuvo ausente. El Papa «una vez más utilizó palabras claras sobre el ejemplo» del comandante que sirvió a tres papas durante 20 años.
El pasado 1 de octubre, el Vaticano informó de la incautación de documentos y equipos electrónicos en las oficinas de la primera sección de la Secretaría de Estado y de la Autoridad de Información Financiera de la Santa Sede. Al día siguiente, la prensa italiana emitió una circular confidencial con los nombres y las fotos de cinco empleados «suspendidos como medida de precaución». Una publicación que, según la Santa Sede, «es altamente perjudicial tanto para la dignidad de las personas implicadas como para la imagen de la gendarmería».
El Vaticano deploró un «linchamiento mediático» y recordó el principio de «la presunción de inocencia». Desde entonces, uno de los funcionarios suspendidos ha sido absuelto de toda sospecha.
“Aunque no tenga ninguna responsabilidad personal en el desarrollo de los acontecimientos”, anunciaba un comunicado el 14 de octubre, Domenico Giani, «puso su mandato en manos del Santo Padre, en un espíritu de amor y fidelidad a la Iglesia y al Sucesor de Pedro”. Tomó esta decisión para “asegurar la debida serenidad a la investigación”
En el momento de aceptar su dimisión, el Papa habló con el comandante Giani y dijo que estaba “satisfecho con su gesto, reconociendo en él una expresión de libertad y sensibilidad institucional que lo honra a él y al servicio prestado con humildad y discreción hacia el Ministerio Petrino y la Santa Sede”. El Papa Francisco también recordó la fidelidad y lealtad “indiscutible” del comandante.
Con Anne Kurian
