(ZENIT – 24 nov. 2019).- El Papa ha partido hacia Hiroshima, al final de su segunda jornada en Japón, en la tarde del domingo, 24 de noviembre de 2019, tras estar en Nagasaki, donde ha ofrecido un mensaje para combatir la proliferación de armas nucleares.
Francisco conmemorará en el Parque Memorial de la Paz la explosión de la bomba atómica de Hiroshima, que se registró el lunes, 6 de agosto de 1945, a las 8:15 de la mañana. Little Boy fue el nombre con el que bautizaron los americanos a la bomba lanzada en Hiroshima, que mató a unas 140.000 personas.
La bomba de uranio-235 pesaba 4.400 kilogramos, medía 3 metros de longitud, 75 centímetros de diámetro y tenía una potencia explosiva de 16 kilotones, – 1600 toneladas de dinamita-, explotó a una altitud de 600 metros sobre la ciudad japonesa, dejando una enorme nube de humo en forma de hongo, cuya imagen es mundialmente conocida.
140.000 personas muertas
El 6 de agosto de 1945, la bomba atómica de uranio Little Boy fue lanzada sobre Hiroshima por el equipo del bombardero americano B-29 Enola Gray, asesinando al instante a unas 80.000 personas. Al final del año, los daños y enfermedades provocadas por la radiación incrementaron el número de víctimas mortales, que alcanzó a ser de 140.000 personas.
Hiroshima, de 1.199.252 habitantes, cuyo nombre significa «gran isla», es la capital de la prefectura homónima y la ciudad más grande de la región de Chugoku, en la parte occidental de Honshu, la más grande de la isla de Japón.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la segunda armada y el ejército regional de Chugoku tenían su cuartel general en Hiroshima, mientras el comando marítimo del ejército se encontraba en el puerto de Ujina. La ciudad era sede de grandes suministros militares.
Ciudad tristemente famosa
Hiroshima se convierte, a causa de esta desgracia, en una ciudad famosa en todo el mundo. Al final de la guerra, se hicieron grandes esfuerzos para reconstruir la ciudad y los monumentos históricos destruidos, como el Castillo y el Jardín Shukkeien. Hoy Hiroshima, después de haber sido proclamada Ciudad de La Paz por el Parlamento japonés en 1949, se ha convertido en un centro de conferencias internacionales sobre La Paz y alguna cuestión social.
Visitadores provenientes de todo el mundo llegan a meditar al Parque Memorial de la Paz, inaugurado en 1955 y situado en el epicentro de la explosión atómica. Aquí, el Papa Francisco ofrecerá hoy un mensaje de esperanza, acompañado por el obispo de Hiroshima, Mons. Alexis Mitsuru Shirahama.