(ZENIT – 10 dic. 2019).- La reforma de las finanzas del Vaticano está a un buen punto. El recorrido de transparencia y lucha a la corrupción ha dado pasos muy importantes, y los nuevos últimos nombramientos de personas muy calificadas para la dirección de entes financieros de la Santa Sede, que llegan principalmente de ambientes exteriores al Vaticano, lo demuestra.
Lo indicaron este lunes 9 de diciembre de 2019, en rueda de prensa en la Asociación de la Prensa Extranjera en Italia, los conocidos periodistas Mimmo Muolo, del diario Avvenire y Carlo Marroni, de Il Sole 24 Ore, indicando que no existe -como alguno afirmó- una guerra por el dinero, sino normales sismos de asentamiento dentro de un nuevo equilibrio que se ha creado.
Interrogado por zenit, en qué kilómetro de uno a diez estaba la reforma en curso, –pregunta ya hecha y no respondida por el dimisionario presidente de la Autoridad de Información Financiera, (AIF) René Brulhart–, Muolo y Marroni aseguraron que nos encontramos en la «última milla» entorno al octavo o noveno.
Muolo, quien escribió el libro I soldi della Chiesa (El dinero de la Iglesia), entró en el tema partiendo de la noticia de la adquisición de un inmueble del Vaticano en Londres, etiquetado como un «escándalo» por algunos medios, citando las palabras del Papa en el vuelo de regreso del viaje apostólico a Japón.
«Francisco recordó que el sistema judicial del Vaticano funciona -dijo Muolo- y que la olla fue destapada desde el interno». Precisó que «la investigación que llegó a la Secretaría de Estado de la Santa Sede y al Apsa que administra el patrimonio inmobiliario del Vaticano, fue autorizada por el propio Papa».
El vaticanista del diario de la Conferencia Episcopal Italiana añadió que además el Santo Padre ha definido «con claridad la relación entre la Iglesia y los bienes», desmitificando a quienes decían que Bergoglio iba a vender todo o que quería una Iglesia en la pobreza. «Exorcizó la idea de una Iglesia idealista sin medios de sustentamiento, y precisó que el Óbolo de san Pedro podía ser usado también para inversiones o adquisición de inmuebles, siempre que se trate de inversiones éticas», «sostenibles que sean útiles a la pastoral y a la caridad».
Nuevos nombramientos
Sobre el nombramiento de Carmelo Barbagallo, como nuevo jefe de ente de control Autoridad de Información Financiera (AIF) creada por Francisco, Muolo recordó que él era funcionario de alta consultación para el directorio del Banco de Italia en materia de vigilancia bancaria y financiera, y que fue la contraparte italiana en el primer acuerdo de transparencia firmado entre Italia y la AIF.
«Es una reforma -aseveró- que no hace descuentos a nadie y sin dejar de evaluar el camino iniciado por Benedicto XVI es un camino que va creciendo».
«Ahora se puede girar página definitivamente. Los nuevos nombramientos de la dirección, profesionales y expertos exteriores del mundo Vaticano, unen experiencia de personas que son extraños a eventuales lobby», añadió.
Sobre la posibilidad de un deficit del Vaticano a corto plazo, consideró que hay errores grotescos en quienes hicieron las cuentas, si bien es claro que se están haciendo esfuerzos para evitar el déficit fiscal que si no corregido en el tiempo podría llevar a esto.
Carlo Marroni, el otro de los relatores y autor del libro Cuenta en el Vaticano, subrayó la importancia de haber nombrado como jefe del Tribunal Vaticano al fiscal Giuseppe Pignatone, considerado el número uno en Italia en la lucha a la criminalidad. Precisó que el nuevo magistrado reabrió incluso «cosas tremendas» sucedidas hace 20 años y que estaban quedando en el olvido, como las imputadas al ex presidente del IOR, Angelo Caloia.
El vaticanista del principal diario italiano de economía y finanza recorrió el camino de la reforma, de las fases en las que no se acertó, otras con decisiones más equilibradas, pero que la verdadera reforma nace en el 2010, a partir de una investigación de la fiscalía de Roma por dos cheques de 23 millones de euros, en la época del cardenal Tarcisio Bertoni y del presidente IOR, Gotti Tedeschi posteriormente «defenestrado» de manera increíble.
Marroni señaló que con la creación de la AIF se registraba en el Vaticano «una guerrilla urbana cotidiana», que sale Vatileaks I, y sucede una especie de contrareforma de la reforma, eventos en el 2012 que «probablemente retardaron la renuncia de Bendicto XVI».
Paso final de la reforma
Consideró que el paso final de la reforma de las finanzas del Vaticano podría ser la de centralizar el control de los fondos de los dicasterios, para que no dependan solamente del cardenal o obispo de turno, haciendo que pasen por un mismo ente, por ejemplo el IOR, de manera que permitir más transparencia.
Sin olvidar que la Santa Sede no es un ente financiero y que por lo tanto es admisible que haga inversiones que significan déficit, como en el caso de la caridad hacia los necesitados.
Sobre los números del llamado bando del Vaticano, Muolo señaló que «Hoy el IOR tiene un capital de inversiones líquidas de unos 5.000 millones de euros, semejante al de un banco de crédito cooperativo de una pequeña ciudad», indicó.
Asimismo, narró que en una entrevista, Mons. Nunzio Galantino, ahora director del Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), indicó que el Vaticano tiene un patrimonio inmobiliario -además de los de servicio y de la curia- de unos 2.400 apartamentos y 600 locales, de los cuales el 60 por ciento con alquiler reducido respecto a los precios de mercado, destinados a empleados de la Santa Sede.