(ZENIT – 10 dic. 2019).- “Es esencial educar a las nuevas generaciones en una ciudadanía activa y participativa, que sitúe a la persona en el centro y, al mismo tiempo, en el cuidado del medio ambiente”, indicó el Santo Padre.
Ayer, 9 de diciembre de 2019, el Papa Francisco recibió en audiencia a los miembros de la Fundación A Chance in Life (Una oportunidad en la vida).
En su discurso, Francisco recordó que esta organización nació de “una intuición” de Mons. John Patrick Carroll-Abbin y se desarrolló a lo largo de los años hasta sostener en la actualidad iniciativas educativas que han beneficiado a miles de niños y niñas en Italia, Bolivia, Colombia, Guatemala y Perú.
El objetivo de las mismas “es ofrecer a los niños, niñas y adolescentes en situación de especial vulnerabilidad la oportunidad de superar las dificultades y realizar plenamente el proyecto que Dios tiene para cada uno de ellos”, remarcó el Pontífice.
Ciudad de los Muchachos
La primera iniciativa de Mons. Carroll-Abbin fue la Obra Nacional Ciudad de los Muchachos, creada a las afueras de Roma para proporcionar, en palabras del prelado, «una oportunidad en la vida» a los niños vulnerables y huérfanos tras la II Guerra Mundial.
A lo largo de los años, estas ciudades en Italia pasaron de ser una comunidad de huérfanos de guerra italianos a convertirse en el hogar de miles de jóvenes refugiados y menores no acompañados. La organización calcula que estas comunidades han influido en las vidas de más de 30.000 jóvenes.
En los últimos años, este organismo decidió adoptar el nombre de A Chance in Life y trabajar para crear ciudades emergentes para niños y niñas en todo el mundo.
A continuación reproducimos el discurso completo del Papa.
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Saludo del Santo Padre
Queridos hermanos y hermanas,
Me alegra tener esta oportunidad de encontraros. Doy las gracias al Sr. Guy Chiarello por las palabras que me ha dirigido y saludo cordialmente a todos los que apoyan la organización A Chance in Life.
Vuestra organización, nacida de una intuición de monseñor John Patrick Carroll-Abbing, se ha desarrollado a lo largo de los años hasta llegar a sostener en la actualidad una serie de iniciativas educativas, que han beneficiado a miles de niños y niñas en Italia, Bolivia, Colombia, Guatemala y Perú cuyo objetivo es ofrecer a los niños, niñas y adolescentes en situación de especial vulnerabilidad la oportunidad de superar las dificultades y realizar plenamente el proyecto que Dios tiene para cada uno de ellos.
La primera iniciativa, muy deseada por el fundador, fue la Obra Nacional Ciudad de los Muchachos. Gracias también a vuestro generoso apoyo, hoy puede presumir de una larga tradición de compromiso al servicio de los menores en situación de fragilidad y malestar, según una metodología educativa basada en el autogobierno. A la enseña de la fidelidad creativa al carisma originario, esta Obra quiere renovarse para ser más significativa y eficaz en su misión en un mundo que hoy plantea nuevos desafíos educativos. Aprecio que esta actualización se inspire en las recomendaciones que expresé en mi carta encíclica Laudato si’, en el signo de una ecología integral cuyo objetivo es el desarrollo de la humanidad y de la creación.
Es esencial educar a las nuevas generaciones en una ciudadanía activa y participativa, que sitúe a la persona en el centro y, al mismo tiempo, en el cuidado del medio ambiente. La innovación tecnológica también está llamada a cooperar en estos objetivos, y son precisamente las nuevas generaciones, si están bien motivadas, las que podrán alcanzarlos, porque han nacido y se han criado en el contexto tecnológico actual.
Estoy seguro de que, también ante este nuevo desafío, la Obra Nacional Ciudad de los Muchachos podrá contar con vuestro apoyo. Os agradezco la sensibilidad que demostráis con vuestros hermanos y hermanas menores. ¡Que Dios recompense vuestro apasionado compromiso e ilumine siempre vuestro camino de fraternidad!
Sobre todos vosotros invoco la bendición del Señor. Os bendigo a todos y extiendo esta bendición a vuestras familias. Y por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Gracias.
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