(ZENIT – 24 dic. 2019)-. “Hacer el belén es celebrar la cercanía de Dios, es descubrir que Dios es real, concreto, es Amor humilde que descendió hasta nosotros”, recordó el Papa Francisco en un tweet reciente.
Entre el 15 y el 23 de diciembre, gran parte de los tweets del Papa Francisco han estado dedicados a la Navidad, dando lugar a una especie calendario de Adviento que ayuda a reflexionar sobre el Nacimiento de Jesús y prepararse para el mismo.
A lo largo del mes de diciembre, tras su peregrinación a Greccio, lugar donde san Francisco de Asís puso el primer pesebre y en el que firmó su Carta Admirabile signum sobre el significado del belén, el Santo Padre no ha dejado de animar a “hacer el belén”.
El pesebre
Efectivamente, en esta línea, en su cuenta de Twitter, el 19 de diciembre, el Santo Padre expresaba: “Dentro de poco será Navidad. En estos días, mientras corremos para hacer los preparativos de la fiesta, podemos preguntarnos: ¿Cómo me estoy preparando para el nacimiento del Festejado? Un modo eficaz de prepararse es hacer el belén”.
Sobre el sentido de dicha tradición, ayer, 23 de diciembre, reflexionaba que el pesebre “nos recuerda que Dios no permaneció invisible en el Cielo, sino que vino a la Tierra y se hizo hombre”.
Hoy, 24 de diciembre, víspera de Navidad, el Obispo de Roma recordó que el belén “es como un Evangelio vivo: lleva el Evangelio a las casas, las escuelas, los lugares de trabajo y de encuentro, a los hospitales y residencias, a las cárceles y las plazas”.
Y deseó que este hacer el pesebre “sea una ocasión para invitar a Jesús a entrar en nuestra vida. Porque si Él la habita, la vida renace. Y entonces es verdaderamente Navidad”.
La “sonrisa de Jesús”
Igualmente, el Pontífice dedicó algunos de sus tweets a hablar sobre la sonrisa de Jesús: “Siempre tenemos necesidad de dejar que la sonrisa del Niño Jesús nos renueve, que su bondad desarmada nos purifique de las escorias que a menudo se incrustan en nuestros corazones”, escribió el 21 de diciembre.
En ese mismo día, también señaló que “Jesús es la sonrisa de Dios. Vino a revelarnos el amor del Padre celeste, su bondad. Necesitamos la sonrisa de Dios para que nos despoje de las falsas seguridades y nos devuelva el gusto de la simplicidad y la gratuidad”.
La Virgen y san José
El día 15 de diciembre, Francisco pidió a la Virgen María ayuda para, mientras se acerca la Navidad, no dejarse entretener “por las cosas exteriores, sino que hagamos sitio en el corazón a Jesús, que ha venido y quiere venir de nuevo a sanar nuestras enfermedades y a donarnos su alegría”.
Del mismo modo, se refirió a la figura de san José, aludiendo al evangelio del día 22 (Mt 1,18-24), que “nos guía hacia la Navidad a través de la experiencia de San José. Que su ejemplo nos ayude a escuchar a Jesús que llega y que pide que le acojamos en nuestros proyectos y en nuestras decisiones”.
Deseos del Papa
También el día 22, el Papa expuso que su pensamiento se dirigía “especialmente a las familias, que se reúnen en estos días de fiesta” y manifestó algunos de sus deseos: “Que la Santa Navidad sea para todos una ocasión de fraternidad, de crecimiento en la fe, de gestos de solidaridad hacia los necesitados”.
Por otra parte, el 19 de diciembre, siguiendo con su reflexión expuesta en la homilía de la Casa Santa Marta, pidió que en los días previos a la Navidad “alabemos al Señor por la gratuidad de la salvación, por la gratuidad de la vida, por todo lo que nos da gratis. Todo es gracia”.