(zenit – 23 junio 2020).- Muchos se habrán preguntado qué ha pasado con las personas que vivían en situación de calle al llegar la pandemia del coronavirus. ¿Cómo se han alimentado? ¿Quién ha cuidado de ellas? En Argentina, donde se mantienen confinados por orden del Gobierno desde el 20 de marzo, un grupo de jóvenes reparte “viandas clandestinas” en la calle a los más vulnerables.
El último sábado de marzo, en plena cuarentena, los jóvenes de “Viandas Clandestinas”, junto a la Iglesia Doméstica de San Benito (IDSB) de La Plata (Buenos Aires, Argentina), se reunieron de manera virtual para dar respuesta a cómo sería su modo de trabajar en medio de la pandemia.
Con todas las medidas preventivas al coronavirus, los chicos salen todos los miércoles, jueves y sábados al encuentro de sus hermanos en situación de calle, asistiéndolos no solo con viandas sino también con abrigos, frazadas y elementos de higiene indispensables en ésta época tan difícil. “Sobre todo, los acompañamos en sus situaciones difíciles, dando nuestro grano de arena para poder ayudarlos a salir adelante”, señalan.
Viandas Clandestinas
El proyecto, que ya funcionaba desde antes de la pandemia con el nombre “Vino la vianda”, pasó a llamarse “Viandas Clandestinas”. Rocío, una de las voluntarias, lo explica: “Es que de alguna manera somos clandestinos. Y la gente de la calle se siente identificada con el nombre, ellos son clandestinos del sistema”.
El grupo se formó el jueves 19 de marzo, cuando empezó la cuarentena en la ciudad de La Plata. “Ese día estábamos dando las viandas con alimentos para la gente en situación de calle y empezó a pasar la policía con los megáfonos, pidiendo que todos se metan en sus casas, pero nosotros sentíamos que no podíamos permitir que además de no tener ‘casa’ donde ir, pasaran hambre. Luego, al otro día, comentando vía online con los chicos, decíamos: ‘Uhh, quedamos reclandestinos’”, relata Rocío.
Cuatro viandas a la semana
Así quedó el nombre y el grupo comenzó a consolidarse. Rápidamente pasó de la informalidad a ser parte importante de la recorrida. Actualmente reparten viandas cuatro días a la semana, mientras el resto de los grupos lo hace una sola vez.
“Todos los que tienen algún factor de riesgo ya no pudieron salir y entonces ‘Viandas Clandestinas’ que es un grupo nuevo y joven, terminó siendo un pilar fundamental para lograr ese objetivo”, aclara la joven argentina.
Así, los jóvenes voluntarios se organizaron para que toda la gente pueda recibir comida por lo menos una vez al día. “También buscamos que se pueda levantar la mirada para ver quién más puede necesitar algo”, explica Rocío. “Por ejemplo, una nena que está internada con Leucemia. Se necesitaban donaciones para poder comprar la medicación. Se difundió en nuestras redes sociales y en el boca a boca, incluso fuimos a buscar donaciones para ella”.
De esta manera, decidieron ayudar adicionalmente a las personas que fueron derivadas a pensiones y que están en estado de riesgo. “Siempre estamos buscando abrir las alas del corazón y de la solidaridad, hay realmente muchísimo por hacer”, añade Rocío.
“Ustedes son unos locos”
Sebastián es otro de los miembros fundadores de “Viandas Clandestinas”. Él relata una muy interesante historia, que de alguna manera expresa lo que estos chicos están viviendo: “Hace unos días una de las personas en situación de calle me dijo: ‘Ustedes son unos locos’. Le pregunto por qué y me dice: ‘La sociedad nos ve y nos señala diciendo: estos son los ladrones, los violadores, los vagos, los adictos… Y la sociedad nos mira así, nos trata así. Pero a ustedes no les importa lo que digan de nosotros, van hacia esos supuestos ladrones, violadores, vagos y adictos y los ayudan. Nos ayudan sin importarles si lo somos o no. Por eso digo que son unos locos’”.
Sebastián continúa: “La verdad es que coincido con él. Asistimos a tanta gente con tantas historias distintas, algunas de ellas muy complicadas, y hay que ser locos para hacer estas cosas”. Y explica: “Tratar a cada persona acorde a la dignidad humana que todos compartimos exige un poco de locura. Todos podemos ser solidarios, pero debemos serlo sin discriminar y sin juzgar. Ser solidarios buscando ayudar a todos. No es dar de comer sino defender su dignidad de ser humano. Es luchar por personas que quizás nadie quisiera ayudar… y para eso debemos tener cierta locura”.