(zenit – 19 oct. 2020)-. El Papa Francisco ha participado en el Encuentro de Oración por la Paz en el espíritu de Asís titulado “Nadie se salva solo – Paz y fraternidad”, promovido por la Comunidad de San Egidio de Roma hoy, 20 de octubre de 2020.
Este encuentro recuerda cada año la histórica Jornada de Oración por la Paz convocada en Asís por el Papa Juan Pablo II en 1986, con representantes de todas las religiones del mundo.
El evento de este año se desarrolló con presencia limitada de personas debido a las medidas anticontagio por el coronavirus y fue transmitido en streaming. Además, a causa de la pandemia, algunos representantes religiosos no pudieron asistir, como es el caso de gran imán de al-Azhar, Ahmed al-Tayyeb y del arzobispo de Canterbury Justin Welby.
Momento de oración
En torno a las 16 horas de la tarde en Roma, los líderes religiosos rezaron en lugares separados. El Santo Padre Francisco y cristianos de otras confesiones rezaron junto con el patriarca de Constantinopla Bartolomé I y los representantes de las diversas iglesias ortodoxas y protestantes.
Los judíos oraron en la Sinagoga, los musulmanes en los locales de los Museos Capitolinos, así como los budistas y los representantes de las religiones orientales.
En este momento de oración, intervinieron Heinrich Bedford-Strohm, presidente del Consejo de la Iglesia Evangélica de Alemania y el patriarca Bartolomé I.
Homilía del Papa
El Papa pronunció una homilía en la que subrayó que en el Calvario tuvo lugar “el gran duelo entre Dios que vino a salvarnos y el hombre que quiere salvarse a sí mismo; entre la fe en Dios y el culto al yo; entre el hombre que culpa y Dios que perdona”.
De la cruz, “brota el perdón, renace la fraternidad: ‘La cruz nos hace hermanos’”, aclaró, y los brazos de Jesús, abiertos en la cruz, “marcan un punto de inflexión, porque Dios no señala con el dedo a nadie, sino que abraza a todos”.
En este acto se encendieron velas leyendo los nombres de los países del mundo por los cuales se invoca el don de la paz (Siria, Afganistán, Bielorrusia, Burundi, Colombia, Burkina Faso, Irak, Libano, México, Nigeria…).
Ceremonia final
Después de presidir dicho momento de oración, Francisco acudió a la ceremonia final con los representantes de las grandes religiones del mundo en la plaza del Capitolio.
A lo largo del acto, se sucedieron los discursos de Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de Sant’Egidio, del presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, y de los líderes religiosos presentes.
“Necesitamos la paz”
Por último, el Pontífice pronunció su discurso. En él, subrayó que “¡Necesitamos la paz! ¡Más paz!”, “no podemos permanecer indiferentes” y que “poner fin a la guerra es el deber impostergable de todos los líderes políticos ante Dios” y que “la paz es la prioridad de cualquier política”.
Asimismo, el Sucesor de Pedro sostiene que “ningún pueblo, ningún grupo social puede por sí solo lograr la paz, el bien, la seguridad y la felicidad. Ninguno” y que la fraternidad, que nace de la conciencia de ser una sola humanidad, “debe penetrar en la vida de los pueblos, en las comunidades, entre los gobernantes, en los foros internacionales”.
Llamamiento por la Paz
A continuación, tras visionar un video sobre los dolores del mundo, tuvo lugar un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la pandemia y de todas las guerras. Inmediatamente después se leyó el Llamamiento por la Paz Roma 2020.
Los líderes religiosos entregaron a un grupo de niños, que representaban a los diferentes pueblos y culturas del mundo, el texto del llamamiento. Los pequeños, a su vez, brindaron el documento a los embajadores y representantes de la política nacional e internacional situados en las primeras filas
La reunión finalizó con el encendido del candelabro de la paz por parte del Obispo de Roma y los líderes religiosos, así como con la firma del llamamiento por todos ellos y el signo de la paz.
Francisco en la edición 2016
El Papa Francisco participó en la edición 2016 de la Oración por la Paz, que tuvo lugar en Asís con motivo del 30º aniversario de la primera reunión.
“Que se abra en definitiva una nueva época, en la que el mundo globalizado llegue a ser una familia de pueblos” fue el llamamiento del Pontífice por la paz en esa ocasión.