Por: Valentina di Giorgio
(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 26.10.2021).- Fue en 2017 cuando en una pugna por la soberanía de la Orden de Malta, un ente que goza de reconocimiento internacional en calidad de una especie de estado sin territorio, pero que es al mismo tiempo una orden de la Iglesia católica, el Papa depuso al príncipe soberano y determinó un delegado para la organización.
Cuatro años después, tras un recorrido de renovación, el Papa interviene más profundamente la Orden de Malta con los poderes plenos y especiales que da al cardenal Silvano Tomasi, su delegado especial para la Orden de Malta. Esto fue dado a conocer la mañana del 25 de octubre mediante la publicación de una carta del Papa al cardenal delegado.
Ya en junio de este año ZENIT adelantó algunas de las reformas que han ido permeando la orden (véase este artículo). En ese contexto, en su carta el Papa agradece al cardenal Tomasi “los pasos positivos dados en la renovación espiritual y moral de la Orden, especialmente de los miembros profesos, así como en el proceso de actualización de la Carta Constitucional y del Código Melitense”.
Por cuanto a la intervención de la Orden, el Papa comunica que decide “prorrogar desde este momento a Fra’ Marco Luzzago en su cargo de Lugarteniente de Gran Maestre hasta la conclusión del Capítulo General Extraordinario y la posterior elección de un nuevo Gran Maestre por el Consejo Pleno de Estado”. Para continuar en la labor de renovación, el Papa dice a su delegado que “goza de todos los poderes necesarios para decidir cualquier cuestión que pueda surgir en la ejecución del mandato que se le ha encomendado”. Eso incluye, “la facultad de atribuirse aspectos del gobierno ordinario de la Orden, incluso derogando, si es necesario, la actual Carta Constitucional y el actual Código Melitense, así como de resolver todos los conflictos internos de la Orden ex auctoritate Summi Pontificis”.
Los poderes otorgados consisten específicamente en:
— Convocar el Capítulo General Extraordinario para la fecha que el delegado determine y copresidirlo;
— definir un reglamento ad hoc para la composición y celebración del Capítulo General Extraordinario;
— aprobar la Carta Constitucional y el Código Melitense;
— proceder a la renovación del Consejo Soberano de acuerdo con los nuevos textos reglamentarios.
— convocar al Consejo Pleno de Estado para la elección de un nuevo Gran Maestre.
La carta del Pontífice termina asegurando que no le “cabe duda de que toda la Orden, a todos los niveles, colaborará de buen grado con usted en un espíritu de auténtica obediencia y respeto”.