(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 03.01.2022).- En una tradicional reunión anual, el Papa recibió en audiencia privada a dirigentes y personal del inspectorado de la Seguridad Pública del Estado Italiano ante el Vaticano. “Esta tradicional reunión nuestra, en las primeras semanas del año, es una buena oportunidad para expresarles mi estima y aprecio”, les dijo el Papa. “En estos meses marcados por la pandemia, habéis sabido modular bien vuestro trabajo, combinando las normas sanitarias y de orden público con las necesidades de los peregrinos. También es gracias a su profesionalidad que la vida en torno a estos lugares santos y a la Ciudad del Vaticano ha sido serena. Este es el fruto de su trabajo, ¡gracias! Tu vigilancia diurna y nocturna protege a las personas que vienen a rezar a la Basílica y que vienen a encontrarse conmigo. Su oportuna actividad también facilita los actos espirituales y religiosos que se celebran en la plaza, así como las visitas de los turistas”, agregó el Santo Padre.
El Papa quiso recordar con especial gratitud “su asidua colaboración con ocasión de mis viajes a Roma o de mis visitas pastorales a Italia. También le agradezco su estilo: su presencia es discreta y al mismo tiempo eficaz, lo que resulta aún más fructífero por su colaboración con la Gendarmería Vaticana. Este diálogo entre ustedes y la Gendarmería es muy importante y les agradezco mucho que lo continúen”.
Por otra parte, el Papa animó a que el servicio que este cuerpo ofrece “se sustente siempre en su motivación fundamental, que es cuidar de las personas, protegiendo su dignidad y su seguridad. Esto es tan precioso: la persona en el centro, siempre. Tal vez algunas personas vengan con peticiones o a veces con problemas o con exigencias que no son justas, son un poco pesadas a veces. Pero gracias por tu paciencia, y por tratar a las personas como son, en la vida. ¡Así es como nos trata Dios!”.
Recordando la celebración de la Presentación del Señor en el Templo, donde dos generaciones se encuentran, teniendo al centro Jesús, el Papa dijo que ese pasaje le recordaba a los ahí presentes: “Hace pensar que ustedes, con su trabajo, permiten que se produzcan aquí tantos encuentros en los que el Señor está en el centro. Fue recibido en el templo de Jerusalén. Su servicio permite que Jesús sea acogido por tantas personas. Que San José y la Virgen, que lo trajo al templo, os cuiden y protejan a vosotros y a vuestras familias. A ellos les confío las esperanzas y preocupaciones que lleváis en vuestros corazones”.
El Papa finalizó con un recuerdo a los compañeros de los presentes que perdieron la vida en servicio durante la pandemia: “Se han ido en el trabajo, se han ido en silencio. Pero que no permanezcan en silencio en nuestros corazones. Que siempre se les recuerde con gratitud”, mencionó.
Luego de dar la bendición se evidenció nuevamente, como ha ocurrido en las últimas semanas, el deficiente estado de salud del Pontífice: “intentaré saludaros de pie a todos, pero esta rodilla no siempre me lo permite. Te pido que no te ofendas si en algún momento tengo que saludarte sentado”, dijo.