Benedicto XVI. Foto: L'Osservatore Romano

Informe abusos Munich-Frisinga y Benedicto XVI: análisis de los hechos por parte de colaboradores del Papa emérito (respuesta oficial)

Cuatro colaboradores de Benedicto XVI responden, en su nombre, al informe sobre abusos donde abusivamente se acusa al papa emérito de encubridor y de minimizaciones con relación a otros pederastas cuando era obispo de la diócesis alemana de Munich.

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(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 08.01.2022).- En la primera respuesta preliminar del Papa emérito a raíz del informe sobre abusos en la diócesis alemana de Munich, su secretario personal realizó una declaración de prensa en su nombre. En esa declaración se anticipaba que habría una declaración sobre el dictamen de los expertos. Esa declaración ha llegado en dos modos: por una parte la carta que el Papa Benedicto XVI escribió, y por otra el análisis-respuesta de cuatro especialistas y colaboradores que dejan claras las cosas al bufete de abogados que preparó el informe y acusó sin pruebas a Benedicto XVI. Ofrecemos una traducción al español de este análisis-respuesta. El original fue distribuido en alemán, italiano e inglés.

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En el informe sobre los abusos en la archidiócesis de Múnich y Freising se afirma que: Joseph Ratzinger, contrariamente a lo que afirma en el memorándum redactado en respuesta a los peritos, estuvo presente en la reunión del Ordinariato del 15 de enero de 1980 en la que se habló del Sacerdote X. Y se alega que el cardenal Ratzinger empleó a este sacerdote en labores pastorales, aun conociendo los abusos cometidos por él, y encubriendo así sus abusos sexuales.

Esto no corresponde a la verdad, según nuestras comprobaciones: 

– Joseph Ratzinger no sabía que el sacerdote X era un abusador ni que fuese agregado en la actividad pastoral.

– Las actas muestran que en la reunión del Ordinariato del 15 de enero de 1980 no se decidió utilizar al sacerdote X para la actividad pastoral.

– Los documentos también muestran que en la reunión en cuestión no se trató el hecho de que el sacerdote hubiera cometido abusos sexuales. Se trataba exclusivamente del alojamiento del joven sacerdote X en Múnich, porque tenía que hacer terapia allí. Esta petición fue atendida. El motivo de la terapia no se mencionó durante la reunión.

Por lo tanto, en la reunión no se decidió emplear al agresor en ningún trabajo pastoral.

En el informe sobre los abusos en la archidiócesis de Múnich y Freising se afirma que: En cuanto a su presencia en la reunión del Ordinariato del 15 de enero de 1980, Benedicto XVI habría perjurado a sabiendas, habría mentido. 

Esto no corresponde a la verdad, de hecho:  

La afirmación en las memorias de Benedicto XVI de que no asistió a la reunión del Ordinariato del 15 de enero de 1980 es, en efecto, incorrecta. Sin embargo, Benedicto XVI no mintió ni perjuró a sabiendas: en la redacción de la Memoria, Benedicto XVI contó con el apoyo de un equipo de colaboradores. Este equipo está formado por el abogado Dr. Carsten Brennecke (Colonia) y los siguientes colaboradores de derecho eclesiástico: el Prof. Dr. Dr. Stefan Mückl (Roma), que examinó los documentos en nombre de Benedicto XVI, el Prof. Dr. Helmuth Pree y el Dr. Stefan Korta. Se llamó a los colaboradores porque Benedicto XVI no podía analizar por sí mismo la masa de preguntas en un corto espacio de tiempo y porque el bufete de abogados encargado de realizar el examen formulaba preguntas que hacían referencia al derecho canónico, por lo que era necesario un marco en derecho canónico para la respuesta.

Sólo el Prof. Mückl pudo ver la versión electrónica de las actas, sin poder almacenar, imprimir o fotocopiar los documentos. Ningún otro miembro del personal pudo ver los documentos. Después de que el Prof. Mückl inspeccionara los archivos digitales (8.000 páginas) y los analizara, siguió una etapa de procesamiento por parte del Dr. Korta, que inadvertidamente cometió un error de transcripción. El Dr. Korta señaló erróneamente que Joseph Ratzinger no estuvo presente en la reunión del Ordinariato del 15 de enero de 1980. Por ello, los colaboradores pasaron por alto este error: escribieron que estaba ausente cuando no lo estaba. Confiaron en una indicación falsa, insertada por error, y no preguntaron expresamente a Benedicto XVI si había estado presente en esa reunión. Sobre la base de la transcripción errónea del acta, se supuso que Joseph Ratzinger no había estado presente. Aunque era necesario que verificara lo que se había presentado en base a su propio recuerdo, Benedicto XVI no se percató del error debido al escaso tiempo que le concedieron los expertos, y confió en lo que estaba escrito, por lo que su ausencia quedó registrada en el acta.

Este error de transcripción no puede ser imputado a Benedicto XVI como una declaración falsa consciente o «mentira».

Tampoco habría tenido sentido que Benedicto negara deliberadamente su presencia en la reunión: de hecho, el acta de la reunión recoge las declaraciones de Joseph Ratzinger. Por lo tanto, la presencia de Joseph Ratzinger era evidente. Además, en 2010 varios artículos de prensa informaron -sin desmentirlo- de la presencia del cardenal Ratzinger en la reunión. Asimismo, en una biografía de Benedicto XVI publicada en 2020 se afirma: «Como obispo, en una reunión del Ordinariato en 1980, sólo había aceptado que el sacerdote en cuestión pudiera acudir a Múnich para someterse a psicoterapia» (Peter Seewald, Benedikt XVI., Droemer Verlag 2020, p. 938).

El informe afirma que: Benedicto XVI se había equivocado en otros tres casos. De hecho, incluso en estos casos habría sabido que los sacerdotes eran abusadores.

 

Según nuestras verificaciones, de hecho, esto no corresponde a la verdad:

En ninguno de los casos analizados por el informe, Joseph Ratzinger tuvo conocimiento de abusos sexuales cometidos o sospechosos de haber sido cometidos por sacerdotes. El informe no aporta ninguna prueba de lo contrario.

En cuanto al caso del Sacerdote X, que se discutió públicamente en la reunión del Ordinariato en 1980 con respecto al alojamiento que se le debía dar para la terapia, el mismo experto -en la conferencia de prensa del 20.01.2022 cuando se presentó el informe sobre los abusos- declaró que no había pruebas de que Joseph Ratzinger tuviera conocimiento de ello. En respuesta a una pregunta posterior de un periodista sobre si los expertos pudieron probar que Joseph Ratzinger había estado al tanto de que el sacerdote X había cometido abusos sexuales, el experto afirmó claramente que no hay pruebas de que Joseph Ratzinger tuviera conocimiento de ello. En la opinión subjetiva de los expertos sería simplemente «más probable».

Puede encontrar la rueda de prensa aquí. En el minuto 2:03:46 encontrará la pregunta del periodista: «Mi pregunta también se refiere al caso del sacerdote X. ¿Puede el bufete demostrar que el cardenal Ratzinger sabía entonces que el sacerdote X era un abusador? ¿Qué significa «muy probablemente» en este contexto?» […]

Un experto responde: «[…] Más probable significa que lo asumimos con mayor probabilidad. […]».

El informe pericial no contiene ninguna prueba que apoye la acusación de mala conducta o de conspiración para cometer encubrimiento.

Como arzobispo, el cardenal Ratzinger no participó en ninguna cobertura de los actos de abuso.

El informe sostiene que: En las memorias presentadas, Benedicto XVI supuestamente restó importancia a los actos de exhibicionismo. Como prueba de esta afirmación, se da la siguiente declaración en la memoria: «El pastor X ha sido señalado como un exhibicionista, pero no como un abusador en el sentido propio».

Esto no es cierto, de hecho: En la presentación, Benedicto XVI no minimizó el comportamiento exhibicionista, sino que lo condenó expresamente. La frase utilizada como supuesta prueba de la minimización del exhibicionismo está sacada de contexto.

En las memorias, de hecho, Benedicto XVI afirma con la máxima claridad que los abusos, incluido el exhibicionismo, son «terribles», «pecaminosos», «moralmente reprobables» e «irreparables». En la valoración canónica del hecho, introducida en la memoria por nosotros los colaboradores según nuestro criterio, sólo hemos querido recordar que para el derecho canónico vigente en la época, el exhibicionismo no era un delito en sentido estricto, ya que la norma penal relativa no incluía comportamientos de ese tipo entre los supuestos.

Por eso, la memoria presentada por Benedicto XVI no minimizó el exhibicionismo, sino que lo condenó clara y explícitamente.

Este análisis de los hechos fue escrito por los colaboradores del Papa emérito en alemán. En caso de diferencias lingüísticas, prevalecerá la versión alemana.

Profr. Dr. Dr. Stefan Mückl – Roma (Derecho canónico)

Profr. Emérito. Dr. Dr. Magister. Helmuth Pree – Ludwig-Maximilians-Universität, Munich, Baviera (Diritto canonico)

Dr. Stefan Korta – Buchloe (Derecho canónico)

Abogado Dr. Carsten Brennecke – Colonia (Derecho a la libertad de expresión)

Traducción de la versión italiana, realizada por el P. Jorge Enrique Mújica, LC, distribuida por los autores en alemán, inglés a italiano. Para cualquier precisión lingüística se debe remitir a la versión alemana por ser la redacción original.

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Jorge Enrique Mújica

Licenciado en filosofía por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, de Roma, y “veterano” colaborador de medios impresos y digitales sobre argumentos religiosos y de comunicación. En la cuenta de Twitter: https://twitter.com/web_pastor, habla de Dios e internet y Church and media: evangelidigitalización."

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