La Organización Mundial de la Salud apoya el aborto

Análisis muestra influencia de grupos abortistas en redacción de documento de Organización Mundial de la Salud

El análisis realizado por el Centro Europeo para la Ley y la Justicia (ECLJ), con sede en Estrasburgo, descubrió que de los 121 expertos consultados por la OMS para ayudar a elaborar las directrices, más de 80 eran activistas del aborto o estaban pagados por grupos que lo promovían.

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(ZENIT Noticias – Center for Family and Human Rights / Nueva York, 03.06.2022).- A principios de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó unas directrices en las que se pide el aborto legal a demanda en todas las fases del embarazo y se limita la capacidad de los médicos para oponerse en conciencia.  Un nuevo análisis muestra la influencia de los grupos abortistas en la redacción del documento.

El análisis realizado por el Centro Europeo para la Ley y la Justicia (ECLJ), con sede en Estrasburgo, descubrió que de los 121 expertos consultados por la OMS para ayudar a elaborar las directrices, más de 80 eran activistas del aborto o estaban pagados por grupos que lo promovían.

Dentro de la propia OMS, muchos de los autores trabajaron previamente para grupos que promueven el aborto, como Ipas, el Consejo de Población, el Centro de Derechos Reproductivos y la Federación Internacional de Planned Parenthood.

En cada uno de los grupos de trabajo encargados de elaborar y revisar la directriz, la mayoría tenía un «perfil activista» similar, y muchos estaban pagados por fuentes de financiación proabortistas, como la Fundación Susan Thompson Buffett. Esta fundación también suministra decenas de millones de dólares al Programa de Reproducción Humana (HRP) de la OMS, que publicó la directriz sobre el aborto y opera en colaboración con otras agencias de la ONU, como el UNFPA y UNICEF.

En una carta dirigida a los embajadores de la ONU en Ginebra, el Dr. Grégor Puppinck afirmó: «La presencia masiva de estos activistas es lo que explica que las directrices reflejen plenamente las exigencias de los grandes grupos privados que trabajan para promover el aborto en todo el mundo».

Un trabajo anterior del ECLJ descubrió conexiones similares entre los grupos de defensa del aborto y los expertos de los mecanismos de derechos humanos de la ONU, incluidos los relatores especiales y los miembros de los órganos de tratados.

Al igual que la OMS, estos expertos se han excedido cada vez más en sus mandatos al promover cuestiones controvertidas como el aborto como derecho humano y los derechos especiales en función de la orientación sexual y la identidad de género.

La carta de Puppinck señala que la directriz de la OMS no tiene autoridad legal, ya que nunca fue adoptada formalmente por la OMS, y es poco probable que obtenga dicha aprobación dado su controvertido contenido.

También señala la falta de rigor científico de la directriz. El 37% de sus recomendaciones no están respaldadas por los resultados de los estudios, y varias son puramente políticas y no médicas o científicas en absoluto, como la recomendación de referirse a «personas embarazadas» en lugar de «mujeres embarazadas».

Además de adoptar una posición sobre el aborto que no está respaldada por el consenso de los países miembros de la ONU, la OMS ignora de plano las posiciones acordadas anteriormente, como el compromiso asumido en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de 1994 de «reducir el recurso al aborto» y de «adoptar medidas adecuadas para ayudar a las mujeres a evitar el aborto».  En su lugar, la directriz de la OMS da a entender que el aborto es inevitable y que debe practicarse de forma legal y «segura» para evitar lesiones y muertes por procedimientos «inseguros».

En la reciente Cumbre Transatlántica celebrada en Budapest por la Red Política de Valores, Puppinck habló de la influencia que tiene un pequeño grupo de financiadores en la configuración de la política mundial: «Las instituciones internacionales tienen poder global, pero buscan dinero, mientras que las grandes fundaciones tienen dinero pero buscan poder global».

La Fundación Buffett, en particular, es una de las principales financiadoras del aborto tanto en Estados Unidos como en el extranjero: según el Capital Research Center, gastó 4.000 millones de dólares en el aborto entre 2000 y 2018.

El ECLJ publicará pronto el informe completo de sus conclusiones.

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Redacción Zenit

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