(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 06.07.2022).- China es uno de los pocos países en el mundo con los que la Santa Sede no tiene relaciones diplomáticas. La situación de la población católica en ese país es muy peculiar: hay una comunidad oficialmente aceptada por el gobierno comunista (la así llamada “iglesia patriótica”) y otra “de catacumbas”. Ambas dicen ser fieles al Papa. Sólo que en la práctica la primera está subordinada al poder del gobierno chino y la segunda es perseguida por no someterse.
En los últimos años el Vaticano ha emprendido pasos de acercamiento. Ese acercamiento llevó a que en 2018 se firmara un “statuo quo” que supuso un sometimiento del nombramiento de obispos por parte del Vaticano al placet previo del gobierno chino.
En una entrevista a la agencia Reuter el Papa dijo que el acuerdo con China sobre el nombramiento de obispos no es ideal y espera, sin embargo, que en octubre de 2022 pueda ser renovado “porque la iglesia católica razona en términos de periodos largos”. Y añade: “El acuerdo está procediendo bien y espero que pueda ser renovado”. Estos temas los gestiona su cardenal Secretario de Estado, de quien el Papa dijo: “Quien lleva a cabo este acuerdo es el cardenal Parolin, que es el máximo diplomático de la Santa Sede, un hombre de alto nivel diplomático. Y sabe moverse, es un hombre dialogante y dialoga con las autoridades chinas”.
Muy pronto llegó la contestación desde el gobierno chino. Durante la conferencia de prensa del miércoles 6 de julio la AFP (Agence France Presse) preguntó al portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Zhao Lijian sobre la declaración del Papa a Reuters.
La pregunta de la AFP fue: “El intento de acuerdo entre China y el Vaticano sobre el nombramiento de obispos expirará en octubre. El Papa Francisco ha expresado su deseo de ampliar el acuerdo. ¿Tiene China también un plan de renovación? En caso afirmativo, ¿piensa China revisar algunos términos? ¿Se revelará el contenido completo del acuerdo?”. A lo que Zhao Lijian contestó:
“Desde la firma del acuerdo provisional entre China y el Vaticano sobre el nombramiento de obispos, el acuerdo se ha aplicado con éxito gracias a los esfuerzos de ambas partes. Ambas partes seguirán trabajando en este sentido de acuerdo con la agenda acordada”.
Mientras tanto, el pasado 29 de junio en la catedral de Leshan el obispo local (ordenado sin mandato pontificio en 2011 pero sanado por el acuerdo con China en 2018) celebraba el aniversario del nacimiento del partido comunista chino. Se invitó a los católicos a “escuchar la palabra del Partido, sentir la gracia del Partido y seguir al Partido”.
“Ya no se trata de escuchar al Señor, sentir su gracia y seguirlo. Esta es la raíz de la enfermedad de la Iglesia china actual, es difícil salir de la influencia de la ideología. La política ha entrado en la Iglesia”, dijo una fuente a Asia News.
En Hong Kong un funcionario del Vaticano, Monseñor Javier Herrera-Corona, pidió a las 50 asociaciones y misiones católicas que se preparen para la represión china. El eclesiástico mexicano advirtió que “se avecina un cambio y es mejor que estén preparados”. Y agregó: “Hong Kong no es la gran cabeza de playa católica que era”. El pasado mes de mayo el cardenal emérito de Hong Kong fue encarcelado y posteriormente dejado en libertad condicionada.