Por: Simone Varisco
(ZENIT Noticias – Caffe Storia / Roma, 29.10.2022).- Halloween: lo que importa es lo que es hoy. El juego se desarrolla entre el naranja y el negro: ¿educación para la vida o exaltación de la muerte por sí misma?
Es repugnante incluso pensar en la yuxtaposición: los muertos de la guerra en Ucrania, las muertes en el trabajo o por covid contra una festividad que exalta la destrucción, asesinatos y violencia.
Sin embargo, según algunos, éste sería precisamente el sentido de la ocasión: un exorcismo comunitario de la muerte, contra la eliminación colectiva de la enfermedad y el dolor. La muerte explicada a los niños, a veces a los adultos. ¿Por qué no aplicarlo también a las plagas de nuestro tiempo?
¿Inquietante? Sí. Y algo bueno también. Porque la justificación de un Halloween –de este Halloween– como educativo tiene el peso justo para darse cuenta de que la muerte, sin maquillaje, es un asunto mucho más serio y que en tiempos como los que vivimos se nos echa en cara con mucha más frecuencia y brutalidad, incluso sin brujas ni calabazas.
Sin embargo, hay citas que no se pueden evitar (y se evitan): entre ellas, el debate, católico o no, de finales de octubre en torno a esta festividad.
Por una vez, la historia es tan amplia y controvertida que poco importa. Ya sea la fiesta celta de Samhain o la exagerada celebración exportada desde Estados Unidos, salpicada de la víspera de Todos los Santos (católica) y las linternas de la tradición irlandesa. Incluso teniendo en cuenta que hay tradiciones que en cierto modo están relacionadas en todas partes, como el Día de los Muertos mexicano o el Is Animeddas sardo.
Lo que importa es lo que es Halloween hoy. Para la mayoría, un inofensivo evento consumista para divertir a grandes y pequeños, donde la única víctima es la cartera. Pocos, y por diferentes razones, señalan otras implicaciones de Halloween: desde las sociológicas (ya mencionadas) hasta los peligros de colonización cultural, cuando no de infiltración satanista.
Esoterismo y ocultismo, temas serios sin duda. Y lejos de ser una broma. Pero que ciertamente no esperan a la «noche de las brujas» para concretarse en el corazón humano y en la sociedad.
Sin embargo, las dudas son legítimas, sobre todo porque a estas alturas la fiesta de Halloween también se ha abierto paso en el mundo de los colegios: no son pocos los institutos en los que los profesores están de fiesta junto a los niños. ¿Es correcto expresar cierta preocupación o estamos ante un simple carnaval de lo macabro?
Ciertamente, hay que tener en cuenta la dimensión nihilista e idolátrica de Halloween, ante todo la idolatría del dinero y de lo «top». Pero, ¿no es éste un rasgo común a todos los fines de semana (incluidos los domingos santos) y a muchas otras celebraciones, empezando por la Pascua y los sacramentos de la iniciación cristiana?
Lo que sí es cierto es que la función catequética de Halloween, si es que alguna vez existió, está ahora muy oscurecida. ¿Debemos creer que se está educando a los niños y a los adultos para que consideren la muerte como un acontecimiento de la naturaleza (y de la fe) al que no hay que temer por el sonido de las mascaradas? Parece difícil. Pero, en definitiva, la partida se juega justo entre el naranja y el negro: ¿educación para la vida o exaltación de la muerte como fin en sí mismo?
¿Cuál es el verdadero peligro de las tradiciones de recogimiento en torno a la memoria de los santos y los difuntos? Tal vez, en primer lugar, la de reducir a un mero valor de nuestro pasado a mujeres y hombres para los que la fe era una razón de vida. Olvidando, mucho más que una noche al año, que se trata de un asunto muy actual sobre la esperanza después de la muerte y, al menos según la perspectiva cristiana, sobre el auténtico sentido de la vida.
¿Qué hacer entonces? , ¿luchar o ignorar? Para pensar en ello, a la espera de los próximos e infalibles acontecimientos: el Papá Noel volando sobre la Navidad y las brujas cabalgando sobre la Epifanía.
Traducción del original en lengua italiana realizado por el director editorial de ZENIT.