(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 08.01.2023).- En ocasión de la solemnidad del bautismo de Jesús, fiesta litúrgica que este año cayó en domingo 8 de enero, el Papa Francisco bautizó a 13 bebés en la Capilla Sixtina, lugar en el que tradicionalmente los papas suelen celebrar esta solemnidad. Los bebés son hijos de empleados de la Santa Sede o del Estado de la Ciudad del Vaticano.
En su breve homilía el Papa dijo a los padres de familia que «este es un buen día para que no olvidemos cuándo fuimos bautizados. Es como un cumpleaños, porque el Bautismo nos hace renacer a la vida cristiana. Por eso os aconsejo que enseñéis a vuestros hijos la fecha del Bautismo, como un nuevo cumpleaños: que cada año recuerden y den gracias a Dios por esta gracia de hacerse cristianos. Esta es una tarea que les aconsejo que hagan».
Hablando a los padrinos, les recordó que a ellos corresponde recorrer el camino de la fe con los niños. Y de forma más concreta encargó: «Nos enseñan a rezar, de niños: que aprendan a rezar, de niños, al menos a hacerlo con las manos, con gestos… Que aprendan a rezar, de niños, porque la oración será lo que les dará fuerzas a lo largo de su vida: en los buenos momentos, para dar gracias a Dios, y en los malos, para encontrar fuerzas. Esto es lo primero que debes enseñarles: a rezar».
El Papa también habló de la Virgen María señalando que la Virgen «es la Madre, es nuestra Madre. Se dice que cuando alguien está enfadado con el Señor, o se ha desviado, la Virgen está siempre cerca para abrirle camino de vuelta. Es un dicho. El Señor está siempre cerca de nosotros, pero la Virgen es la madre, y la madre está siempre más cerca que el padre. Siempre. ¿Por qué? Porque es así. Las madres son así, y esto es genial. Que aprendan a ser cristianos».
Finalmente, aludiendo a que los niños podrían comenzar a llorar, les dijo que les dejen llorar e incluso gritar: «Quizá alguien llore de hambre: amamántalo. Con toda libertad. Lo importante es que hoy esta celebración es la fiesta, la fiesta del comienzo de un hermoso camino cristiano, en el que ayudaréis a vuestros hijos a seguir adelante. Quizá algunos vayan demasiado abrigados y pasen calor: que estén cómodos, que estén cómodos todos».