(ZENIT Noticias / Roma, 21.09.2023).- Una primera parte de la misión confiada por el Papa al arzobispo de Boloña y presidente de los obispos italianos, cardenal Matteo Zuppi, concluyó tras la visita oficial a la capital China. Tras visitar las capitales ucraniana y rusa, el cardenal Zuppi se encontró con dos actores principales en el escenario mundial: Washington y Pekín.
El último lugar visitado por el enviado del Papa fue China, lo que también constituyó una novedad diplomática si se considera que China no tiene relaciones diplomáticas con la Santa Sede.
Un progreso tras esta primera etapa parece constituirlo la apertura oficial del gobierno ruso: a mitad de septiembre, varias agencias rusas informaron sobre las declaraciones del canciller Serghei Lavrov sobre la disponibilidad del gobierno de Putin para hablar con el cardenal Zuppi sobre una solución pacífica al conflicto. “Continúan los esfuerzos del Vaticano, cuyo enviado planea visitarnos nuevamente. Nosotros estamos dispuestos a reunirnos con todos, a hablar con todos”, declaró. Esto abrió las puertas a una segunda visita del enviado del Papa, lo cual también constituye una nueva etapa en la misión de paz del Vaticano. Días después de las declaraciones de Lavrov, el viceministro de exteriores rusos, Alexander Grushko, subrayó que “está en curso un trabajo adecuado”.
El enviado del Papa, cardenal Zuppi, visitó Moscú entre el 28 y el 30 de junio. Durante esa visita el cardenal Zuppi se entrevistó con el consejero de política del Cremlim, Yuri Ushakov, el 28 de junio; posteriormente con la Comisaria rusa para los derechos de los niños, Maria Llova-Belova, el 29 de junio; con el Patriarca de Moscú, el cardenal Zuppi se encontró el 29 de junio; y finalmente el 30 de junio el enviado del Papa se entrevistó nuevamente con Yuri Ushakov.
Esta apertura por parte de Rusia coincide con las declaraciones del Comisario para los derechos humanos del Parlamento Ucraniano, Dmytro Lubinets, quien dijo a TV2000: “Creo que el Papa puede ser un mediador. Creo que en esta guerra entre la Federación Rusa y Ucrania, la Santa Sede puede desempeñar un papel de mediador». Y agregó: “La misión de paz de la Santa Sede es muy importante. Apreciamos mucho el trabajo del enviado especial del Papa Francisco para la paz en Ucrania. Creo que el cardenal Zuppi será la persona que exactamente creará un puente entre las familias ucranianas y los niños deportados. Podremos reunir a las familias ucranianas con sus hijos deportados en los territorios rusos».