(ZENIT Noticias / Roma, 22.02.2024).- Corría el mes de febrero de 2019 cuando los presidentes de todas las Conferencias Episcopales del Mundo, más los superiores generales de congregaciones religiosas, se dieron cita en el Vaticano para tratar el tema de los abusos sexuales por parte de miembros del clero a menores de edad. La Cumbre tomó medidas sobre responsabilidad, rendición de cuentas y transparencia. Ejemplos de esto fue la promulgación de nuevas leyes, la abolición del secreto pontificio en este campo, etc.
Cinco años después, justamente en febrero, la mañana del 21 de febrero tuvo lugar en la sede de la Federación Nacional de la Prensa Italiana en Roma, una rueda de prensa en la que dos mujeres, ex miembros de la Comunidad de Loyola, fundada por el sacerdote y ex jesuita Marko Ivan Rupnik.
Se trata de Gloria Branciani y Mirjam Kovac, quienes por primera vez han dado la cara para denunciar públicamente al famoso artista. Gloria es italiana y Kovac eslovena. Acompañadas de su abogada, ambas relataron los abusos físicos, sexuales y psicológicos de los que fueron víctimas. Gloria dijo que se ha “perdonado y he perdonado a Rupnik”. Pero quiere que “se reconozca la verdad y el mal sufrido”.
La Sala de Prensa de la Santa Sede respondió a los periodistas con una breve declaración sobre el tema:
«En los últimos meses, siguiendo el encargo recibido del Papa a finales de octubre, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe se ha puesto en contacto con las instituciones implicadas a título diverso en el asunto para recibir toda la información disponible sobre el caso.
Habiendo ampliado el radio de búsqueda a realidades no contactadas anteriormente y acabando de recibir los últimos elementos en respuesta, se tratará ahora de estudiar la documentación adquirida para identificar qué procedimiento será posible y útil poner en marcha».
A finales de octubre de 2023, Papa Francisco levantó la prescripción al caso Rupnik, poco tiempo después de que un obispo hubiese aceptado la incardinación del ex jesuita. En diciembre de 2023 la Santa Sede dio a conocer la disolución de la Comunidad Loyola. Como sea, en la rueda de prensa emergió una crítica a quién había levantado la excomunión a Rupnik, siendo que eso sólo lo puede hacer el Papa o alguien en su nombre.
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