(ZENIT Noticias / Roma, 03.04.2024).- El estado de salud del Papa Francisco ha sido tema de interés para muchos, especialmente tras un mes enfermo durante el cual no leyó los discursos preparados para sus diferentes encuentros. El médico que lo ha atendido en diversas ocasiones brindó recientemente un informe tranquilizador sobre la salud del Pontífice.
El Dr. Sergio Alfieri, quien ha operado al Papa en dos ocasiones en los últimos tres años, compartió en una entrevista con el Corriere della Sera que el líder de la Iglesia Católica «no tiene ninguna enfermedad particular» y se encuentra «bien acorde a su edad». Alfieri destacó que el Papa, a pesar de sus 88 años, mantiene una salud envidiable y tiene «la cabeza de una persona de 60 años».
El médico detalló que el Papa Francisco experimenta episodios de dificultades respiratorias durante los periodos más fríos, en parte debido a una cirugía pulmonar que se realizó hace muchos años. Sin embargo, aseguró que el Papa se somete a controles periódicos y no presenta ninguna enfermedad significativa.
Alfieri explicó las cirugías a las que se ha sometido el Papa en los últimos años, incluyendo una intervención por enfermedad diverticular complicada y otra por obstrucción intestinal y hernia incisional. A pesar de estos procedimientos, destacó la fortaleza y determinación del Papa para cumplir con sus responsabilidades como líder espiritual y jefe de Estado del Vaticano.
Cuando se le preguntó sobre la aparente fatiga del Papa en las últimas semanas, Alfieri atribuyó esto a la enorme carga de responsabilidad que enfrenta como líder mundial y jefe de la Iglesia Católica. Subrayó que el Papa Francisco continúa cumpliendo con sus compromisos, aunque a veces delegue ciertas tareas en sus colaboradores debido a las exigencias de su posición.
En resumen, el Dr. Alfieri describió al Papa como un hombre excepcionalmente enérgico y comprometido, capaz de liderar con claridad y determinación a pesar de los desafíos de salud propios de su edad. De hecho, destaca que mentalmente tiene una cabeza de un hombre de 60 años. Este testimonio ofrece un vistazo tranquilizador sobre la salud del Papa Francisco y su capacidad para seguir desempeñando su papel crucial en la Iglesia Católica y a nivel internacional.
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