Massimo Introvigne
(ZENIT Noticias – Bitter Winter / Roma, 22.04.2024).- Si algunos creen que el ataque contra la libertad religiosa en Francia sólo afecta a las «sectas» y al Islam, se equivocan. El 13 de abril, una organización religiosa lamentó en un comunicado oficial ser víctima en Francia de «una grave violación de los derechos fundamentales a la libertad religiosa y a la libertad de asociación.» El nombre de esta organización religiosa es Iglesia Católica Romana, y la declaración procedía de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
En resumen, una orden religiosa llamada Hermanas Dominicas del Espíritu Santo pidió al Vaticano que investigara el comportamiento de una de sus monjas, Sabine de la Valette, que había tomado el nombre religioso de Sor Marie Ferréol. Como es habitual en estos casos, el Vaticano ordenó una visita apostólica al convento, bajo la autoridad del cardenal Marc Ouellet. Tras el informe de la visita, el Vaticano decidió en 2020 que la hermana Marie debía ser expulsada de las Hermanas Dominicas del Espíritu Santo.
Descontenta con la decisión, la hermana Marie interpuso una demanda y pidió al Tribunal de Lorient que declarara que había sido expulsada injustamente de su orden. El 3 de abril, el Tribunal falló a favor de la ex monja y condenó a la orden religiosa, al cardenal Ouellet y a los dos enviados del Vaticano que realizaron la visita apostólica a pagarle más de 200.000 euros en concepto de daños y perjuicios. Según los medios de comunicación, el Tribunal consideró que la visita había sido parcial, ya que el cardenal Ouellet era «amigo» de otra monja conocida por oponerse a Sor Marie.
El 13 de abril, el Vaticano declaró que sólo había tenido conocimiento del caso a través de los medios de comunicación, que el cardenal Ouellet «nunca recibió ninguna citación del Tribunal de Lorient» y que ni el cardenal ni la Santa Sede han recibido copia del veredicto.
Suponiendo que lo que los medios de comunicación informaron sobre la decisión sea cierto, el Vaticano declaró que lo que todavía llama una «supuesta» sentencia (ya que no ha visto una copia oficial de la misma) «podría plantear no sólo cuestiones significativas relativas a la inmunidad, sino que si se pronunciara sobre la disciplina interna y la pertenencia a un instituto religioso, podría haber constituido una grave violación de los derechos fundamentales a la libertad religiosa y a la libertad de asociación de los fieles católicos.»
Por supuesto, el Vaticano tiene razón. La decisión ha sido recurrida y es muy posible que llegue a Estrasburgo para ser examinada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Este último, al igual que los tribunales de Estados Unidos y Canadá, ha dictaminado constantemente que las decisiones de expulsar a miembros de un organismo religioso se basan en razones teológicas y no sólo jurídicas, sobre las que los tribunales laicos no pueden interferir sin violar gravemente la libertad religiosa, tal como dijo el Vaticano. Pero parece que la violación de la libertad religiosa es ahora un hecho cotidiano en Francia.
Traducción del original en lengua italiana realizada por el director editorial de ZENIT.
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