(ZENIT Noticias – Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia / Santiago de Chile, 14.08.2024).- Como ya analizamos en nuestro informe “Políticas europeas en relación a menores con disforia de género: Un análisis comparativo”, cada vez son más los países que están rectificando sus procedimientos de abordaje de la disforia de género a la hora de facilitar bloqueadores hormonales a personas en edades tempranas.
Los bloqueadores de pubertad, aprobados para el tratamiento de la pubertad precoz, se utilizan en menores con disforia de género para detener o retrasar el proceso madurativo adolescente con el fin de reducir la diferenciación sexual propia de esta etapa con vistas a una posterior transición quirúrgica de género. Los efectos secundarios asociados a estos tratamientos han sido analizados previamente en nuestro Observatorio, son objetivos y muy preocupantes y, en muchos casos, irreversibles.
Uno de los últimos países que se ha sumado a la suspensión de nuevas terapias en niños que manifiestan su deseo de cambiar de sexo ha sido Chile, cuyo Ministerio de Salud ha anunciado que postergará el inicio de los tratamientos hasta que se publiquen nuevas evidencias científicas fiables.
En el documento gubernamental se explica que, además de prestar apoyo profesional psicosocial al niño, su familia y entorno social, el Ministerio de Salud ha estado analizando la evidencia internacional sobre terapia hormonal. También aseguran que se convocó a expertos para analizar las evidencias sobre la utilización de los bloqueadores de las gonadotropinas y terapia hormonal cruzada en adolescentes trans y género diverso antes de tomar la decisión de interrumpir su prescripción.
Sin embargo, como ha anunciado la subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albagli, los procesos que ya se encuentran en curso no se suspenderán y seguirán su curso.
Como han comunicado portavoces del Ministerio, “se prioriza de esta manera el principio del interés superior de niños, niñas y adolescentes, presente en el reglamento del artículo 26, inciso primero, de la ley 21.120”. Asimismo, el organismo insta a los expertos a trabajar respecto a los bloqueadores de las gonadotropinas y terapia hormonal cruzada en adolescentes.
Más países que se suman al rechazo
Otros países que también han decidido paralizar este tipo de tratamientos ante la falta de evidencias científicas sólidas sobre su eficacia los efectos secundarios irreversibles en muchos casos en los adolescentes, son Reino Unido, Alemania, Finlandia, Países Bajos, Noruega, Francia y Suecia. En otros países como Canadá, Australia o algunos estados de EE.UU. como Arkansas o Missouri, también se alzan voces de profesionales o asociaciones médicas alertando de la baja evidencia disponible sobre la eficacia y seguridad de estas terapias y la necesidad de una revisión de estos procedimientos.
Fue en 2020 cuando el servicio de salud inglés (NHS) pidió a la doctora Hilary Cass, una evaluación sobre el trabajo de los servicios de identidad de género ante el considerable aumento de la demanda de tratamientos de identidad de género entre niños y adolescentes. La por entonces presidenta del Colegio Real de Pediatras y Salud Infantil, publicó en 2024 el informe Cass Review. La facultativa encontró una «evidencia notablemente débil» para respaldar los tratamientos de género para niños. En marzo, el Servicio Nacional de Salud de Inglaterra (NHS) anunció que ya no prescribiría bloqueadores de la pubertad a niños en las clínicas de identidad de género debido a la falta de evidencia que respalde su seguridad o eficacia.
En marzo de 2023, el Gobierno británico vetó la ley de género escocesa que facilitaba la transición de género a los 16 años.
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