la Corte Constitucional de Colombia ha ordenado al Ministerio de Salud que revise su normativa sobre la eutanasia

la Corte Constitucional de Colombia ha ordenado al Ministerio de Salud que revise su normativa sobre la eutanasia Foto: Human Rights Watch

Corte Constitucional de Colombia amplía el acceso a la eutanasia en medio de una creciente controversia

La decisión de la corte surgió del caso de una mujer de 66 años que sufría de cáncer avanzado. A pesar de optar por no recibir más tratamientos oncológicos, se enfrentó al rechazo del comité de revisión de eutanasia de su proveedor de atención médica, que citó la Resolución 971 del Ministerio de Salud de 2001

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(ZENIT Noticias / Bogotá, 27.11.2024).- En una sentencia histórica, la Corte Constitucional de Colombia ha ordenado al Ministerio de Salud que revise su normativa sobre la eutanasia, ampliando su aplicación a los pacientes con enfermedades no terminales. Esta decisión, descrita en la sentencia T-445 de 2024, ha reavivado el debate en torno a los derechos al final de la vida y ha provocado críticas de los defensores de la vida que la ven como otro paso hacia el afianzamiento de una «cultura de la muerte» en el país.

El caso detrás de la controversia

La decisión de la corte surgió del caso de una mujer de 66 años que sufría de cáncer avanzado. A pesar de optar por no recibir más tratamientos oncológicos, se enfrentó al rechazo del comité de revisión de eutanasia de su proveedor de atención médica, que citó la Resolución 971 del Ministerio de Salud de 2001. Según la resolución, la eutanasia solo está permitida para pacientes en etapas terminales o en estado de agonía.

El comité argumentó que la condición de la mujer aún podía controlarse mediante tratamientos oncológicos y cuidados paliativos disponibles, y que su evaluación de salud mental sugería que su capacidad para tomar una decisión informada estaba comprometida por los síntomas afectivos y el dolor físico.

Sin embargo, el tribunal no estuvo de acuerdo y se refirió a su sentencia C-233 de 2021, que despenalizaba la eutanasia para personas con enfermedades incurables que causaban un sufrimiento intenso, independientemente de su fase terminal. La sentencia enfatizó que limitar la eutanasia a las enfermedades terminales contradecía este marco legal más amplio.

Rechazo pro-vida

Las organizaciones pro-vida condenaron rápidamente la decisión, y Jesús Magaña, presidente de Unidos por la Vida, la criticó como parte de una agenda internacional de «cultura de la muerte». Magaña alegó que las organizaciones globales están presionando a Colombia para que siga una trayectoria que comenzó con la legalización del aborto y ahora apunta a las prácticas al final de la vida.

«Este cabildeo agresivo se enmascara como compasión», afirmó Magaña. “Lo justifican como un ‘derecho’ de los enfermos a terminar con sus vidas, pero en el fondo se trata de instalar una brutal dictadura de la eutanasia”.

Magaña también señaló que Colombia carece de una ley formal de eutanasia, a pesar de múltiples intentos legislativos fallidos. “Se han rechazado entre seis y siete proyectos de ley de eutanasia, incluido el más reciente presentado por el senador Humberto de la Calle”, señaló. Sugirió que el impulso de la corte para la legislación surge de preocupaciones sobre la estabilidad de sus propios fallos en ausencia de apoyo legal.

Un debate cultural y constitucional

La directiva de la corte al Ministerio de Salud pide pautas ampliadas que permitan la eutanasia para personas más allá del ámbito de las enfermedades terminales. Los grupos pro vida argumentan que esta medida no solo sobrepasa los límites constitucionales, sino que socava el Artículo 11 de la Constitución colombiana, que establece explícitamente que la vida es inviolable y prohíbe la pena de muerte.

“Están pasando por alto las protecciones constitucionales y promoviendo fallos impulsados ​​ideológicamente”, afirmó Magaña. Advirtió que esta aplicación más amplia de la eutanasia podría normalizar el fin de la vida como respuesta al sufrimiento, independientemente del pronóstico médico.

Una nación dividida

Mientras Colombia lidia con este tema polarizante, el fallo ha colocado al Ministerio de Salud y al Congreso bajo una presión significativa. Si bien el tribunal insiste en la claridad legal, las implicaciones éticas, morales y sociales de la eutanasia continúan generando un intenso debate en un país donde la vida y la muerte siguen estando profundamente entrelazadas con los valores religiosos y culturales.

No se sabe si la iniciativa del tribunal conducirá a una acción legislativa o encenderá aún más la resistencia. Sin embargo, este fallo marca un momento crítico en el diálogo en evolución de Colombia sobre la vida, la dignidad y los límites de la autonomía humana.

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Redacción Zenit

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