(ZENIT Noticias / Roma, 22.03.2025).- “La buena noticia que creo que todo el mundo espera es que mañana [domingo 23 de marzo, ndr] será dado de alta. Mañana el Santo Padre regresará a Santa Marta”. Así fue como el doctor Sergio Alfieri comenzó la rueda de prensa, convocada de último momento, la tarde del sábado 22 de marzo en el Hospital Gemelli donde el Papa ha pasado un total de 36 días (37 si se considera también el domingo, antes del alta).
Tras esa noticia, Alfieri hizo un repaso por las 6 semanas que el Papa ha pasado en el hospital: el Papa llegó “con una insuficiencia respiratoria aguada debida a una infección polimicrobiana, es decir, virus y bacterias. Estas han determinado una neumonía bilateral severa que ha precisado una terapia farmacológica combinada. Durante la recuperación las condiciones clínicas del Santo Padre han presentado dos episodios muy críticos en los cuales el Santo Padre estuvo en peligro de muerte. La terapia farmacológica, la suministración de oxígeno a alto flujo y la ventilación mecánica no asistida han logrado obtener un lento y progresivo mejoramiento, sacando al Santo Padre de los episodios más críticos. El Santo Padre nunca ha sido intubado, siempre ha permanecido alerta, orientado y presente. El Santo Padre, como he dicho al principio, será dado de alta mañana, en un estado clínico estable, que se mantiene estable desde hace al menos dos semanas. Evidentemente, por parte de todo el equipo de médicos que ha seguido al Santo Padre aquí en el Gemelli, está la prescripción de continuar parcialmente las terapias farmacológicas que todavía tendrá que tomar durante mucho tiempo, por vía oral, y es muy importante la recomendación de un período de reposo en convalecencia durante al menos dos meses”.
A continuación intervino el médico personal del Papa, el doctor Luigi Carbone, quien dijo: “El Santo Padre volverá a Santa Marta, es un alta protegida, como explicó el profesor Alfieri, que requerirá convalecencia. Por supuesto para Santa Marta -evaluamos con los colegas que siguieron al Santo Padre, aquí en el Policlinico Gemelli- evaluamos las necesidades, y como todos los pacientes que son dados de alta que tienen 88 años, que han tenido neumonía, evaluamos las necesidades del Santo Padre, que son normalmente las necesidades del oxígeno, siempre y cuando lo necesite, una asistencia sanitaria que la dirección de salud e higiene [del Vaticano] puede ofrecer al Santo Padre con seguridad en Santa Marta y luego nos preparamos para darle la bienvenida a casa”.
Tras las dos intervenciones se dio espacio a preguntas de los periodistas.
Una primera pregunta tuvo que ver con cómo será la vida del Papa a su regreso al Vaticano: qué podrá y qué no podrá hacer y si deberá hacer una terapia para recuperar plenamente la palabra. A eso los médicos contestaron que como en todo periodo de convalecencia deberá proseguir con las terapias, incluida la motora o la fisioterapia respiratoria. También se subrayó que ya durante la hospitalización el Papa estuvo trabajando y que lo seguirá haciendo al su regreso al Vaticano. Sin embargo, los médicos han prescrito al Papa un adecuado periodo de recuperación y convalecencia por lo que “inmediatamente no podrá retomar la actividad de trabajo con grupos de persona en encuentros o con importantes citas que podría eventualmente afrontar una vez que terminé la convalecencia prescrita y se verifiquen las mejoras clínicas esperadas”.
Uno de los médicos, el doctor Alfieri, puntualizó que, en un cuadro médico como el vivido por el Papa, cuando los músculos han estado en dificultad, “una de las primeras cosas que suceden es que se pierde la voz”. Y agregó: tanto en pacientes jóvenes como ancianos, “pero sobre todo en ancianos, se necesitará de tiempo para que la voz sea la misma de antes. Es una parte normal de la convalecencia”.
Una segunda pregunta fue sobre los miedos y preocupaciones de los médicos sobre esta nueva etapa de la salud del Papa y qué tiempos prevén para que el Papa recupere la voz. “Ninguna preocupación”, dice uno de los dos médicos. Y el otro hizo notar que una vez registrada la estabilidad que se registró en el Papa desde hace dos semanas, “los ulteriores progresos deben hacerse en la propia casa. Incluso porque si puede parecer raro decirlo, el peor lugar para hacer la convalecencia es el hospital, pues es el lugar donde se registran más infecciones”.
Una tercera pregunta giró en torno a si hay una complicación de diabetes para el Papa. La respuesta fue clara: el Papa no tiene diabetes, pero “cuando se tiene una infección así de grave hay muchos elementos que se desequilibran de allí que en el pasado intervino un diabetólogo”.
Sobre cuánto fue el Papa quien quiere salir del hospital o cuánto los médicos, sobre si fue concordada la salida o fue solicitada, fue la cuarta pregunta, a la que inmediatamente siguió otra de la misma persona: transcurridos los dos meses de convalecencia, ¿el Papa podrá retomar completamente su vida ordinaria? La respuesta fue que el alta médica fue decidida por los médicos. El Papa quería irse desde hace días atrás. Sobre los tiempos de recuperación no hubo respuesta concreta.
La quinta pregunta fue si el Papa seguía con infección en los pulmones y si en Santa Marta hay un lugar adaptado para esta nueva etapa de la vida del Papa Francisco y los posibles requerimientos ante una situación de emergencia. Los médicos contestaron que las infecciones más graves se han resuelto, pero alguna presencia microbiana precisa de más tiempo de tratamiento. La neumonía no la tiene más pero sí la presencia de algunas bacterias. Sobre las necesidades del Papa en Santa Marta se dijo que el Servicio de Sanidad de la Ciudad del Vaticano cuenta con todo lo necesario para atender cualquier urgencia.
El portavoz vaticano intervino en este momento para confirmar que el Papa se asomará desde la ventana de su habitación en el hospital Gemelli, antes de su regreso a Vaticano, al medio días del domingo 23 de marzo.
La sexta pregunta tuvo que ver con previsiones de presencia del Papa en los servicios litúrgicos de Semana Santa, Pascua y la canonización de Carlo Acutis. A eso se respondió que en base a las mejoras se tomarán las decisiones más oportunas.
La séptima pregunta giró en torno a cómo el Papa tomó la noticia de su alta médica y si el Papa podrá recibir visitar, considerando que está muy acostumbrado a estar rodeado de personas. Al respecto fue claro uno de los médicos: al darlo de alta le prescriben un periodo de reposo y convalecencia de dos meses y desaconsejan el encuentro con grupos, desaconsejan grandes esfuerzos y desaconsejan a las personas que desde hace tiempo tengan cita con él y tengan un niño pequeño con un poco de influenza, respetar toda esta situación. El otro médico subraya que se trata de una fase de recuperación por lo que no puede desarrollar la misma actividad previa. Y sobre cómo recibió la noticia subrayan: “esta contentísimo, desde hace tres o cuatro días preguntaba cuándo regresaba a casa, por lo que está contento”.
La octava periodista pidió una intervención en lengua inglesa, a lo que el doctor Alfieri respondió con un resumen en esa lengua.
La novena pregunta tuvo que ver con qué tipo de rehabilitación tendrá el Papa y el estado de humor. Al respecto se contestó que la terapia es continuativa de la ya iniciada en el hospital. Y sobre el humor del Papa lo resumieron con una experiencia: los médicos se han acercado a preguntarle cómo está, a lo que él contestó: “todavía vivo”, lo que les hizo entender que estaba de muy buen humor.
La décima pregunta tuvo que ver con si el Papa adelgazó, si come solo y si puede escribir. En la respuesta se hizo notar que el Papa adelgazó, puede escribir y también comer por él mismo, y progresivamente cada vez más.
La undécima pregunta tuvo que ver con el horario y modalidad de salida, a lo que no se ofreció detalles.
Finalmente, la duodécima pregunta tuvo que ver con un viaje a Turquía se hizo notar que sería algo difícil de realizar. Y también puntualizó el portavoz vaticano que el viaje no se había confirmado.
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