(ZENIT Noticias / Roma, 29.04.2025).- El cardenal Angelo Becciu anunció formalmente este martes 29 de abril que no participará en el Cónclave programado para el 7 de mayo. El cardenal hizo pública la decisión mediante un comunicado en el que recalcó su inquebrantable lealtad a la Iglesia y su intención de preservar la unidad y la paz del Colegio Cardenalicio en un momento crucial.
«Siempre he servido a la Iglesia con fidelidad y amor», escribió Becciu, añadiendo que su decisión de mantenerse al margen de la elección papal refleja su respeto por la voluntad del papa Francisco, aunque sigue afirmando su inocencia.
La ausencia de Becciu del Cónclave, donde se elegirá al próximo papa tras la muerte del papa Francisco, marca un giro dramático en una saga que lo ha situado en el centro de un escándalo financiero en el Vaticano. En diciembre de 2023, se convirtió en el primer cardenal de la historia en ser condenado por un tribunal vaticano, recibiendo una condena de cinco años y medio por malversación de fondos y fraude relacionados con dudosas inversiones, incluyendo una controvertida compra de bienes raíces en Londres realizada por la Secretaría de Estado.
Aunque Becciu renunció a sus cargos curiales en 2020 bajo presión del papa, nunca fue destituido formalmente de su cardenalato y reanudó su asistencia a eventos públicos del Vaticano a partir de 2022. Su presencia en el funeral del difunto papa y su participación en las reuniones previas al cónclave generaron controversia, reavivando el debate sobre si un cardenal con antecedentes penales debería participar en la elección de un nuevo pontífice.
Según informes, las conversaciones iniciales entre algunos cardenales incluyeron la posibilidad de votar sobre la elegibilidad de Becciu para unirse al Cónclave. Sin embargo, esa tensión interna parece haberse disipado con la renuncia voluntaria del cardenal.
Fuentes cercanas al Vaticano sugieren que la decisión de Becciu no fue del todo espontánea. Informes de la prensa italiana revelan que recibió al menos dos cartas —una en 2023 y otra en marzo de este año, ambas firmadas con la inicial «F» y compartidas por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin— en las que se insinuaba que el papa Francisco prefería su exclusión del Cónclave. En el momento de la última carta, el papa se encontraba hospitalizado, lo que sugiere la urgencia y seriedad de la comunicación.
Hasta hace poco, Becciu había mantenido su libertad para participar en las elecciones e incluso había interpretado gestos previos del papa Francisco —como las invitaciones a ceremonias vaticanas— como señales de perdón personal.
La reacción de sus colegas cardenales ha sido en gran medida moderada. La retirada de Becciu supone un alivio para muchos dentro de la Iglesia que temían que su participación pudiera erosionar aún más la confianza pública en el gobierno del Vaticano.
Declaración completa: “Teniendo presente el bien de la Iglesia, a la que he servido y seguiré sirviendo con fidelidad y amor, así como para contribuir a la comunión y serenidad del Cónclave, he decidido obedecer, como siempre lo he hecho, la voluntad del Papa Francisco de no entrar en el Cónclave, aun estando convencido de mi inocencia”.
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