(ZENIT Noticias / Roma, 15.12.2024).- El Vaticano se despide de Giuseppe Pignatone, su principal figura judicial, cuando deja su cargo como presidente del Tribunal de la Ciudad del Vaticano el 31 de diciembre. El papa Francisco aceptó la renuncia de Pignatone el 10 de diciembre, lo que marca el final de un mandato definido por casos de alto perfil, reformas sistémicas y una mezcla de elogios y controversias.
Un mandato marcado por juicios históricos
Nombrado en 2019, la carrera judicial de Pignatone en el Vaticano fue todo menos rutinaria. Supervisó casos emblemáticos, incluido el extenso juicio por corrupción financiera que involucraba a la Secretaría de Estado. Ese caso, que implicó a altos funcionarios de la Iglesia, concluyó el año pasado con la condena de nueve personas, incluido el cardenal Angelo Becciu. Aunque el veredicto causó conmoción en los pasillos del Vaticano, también subrayó el creciente papel del tribunal en la rendición de cuentas interna.
El liderazgo de Pignatone también lo vio presidir otros casos importantes, como el despido de Libero Milone, ex auditor general del Vaticano, quien alegó un despido injustificado. Pignatone desestimó la demanda de Milone a principios de este año, aunque el caso sigue en apelación.
Reformas judiciales para una nueva era
Anticipándose al retiro de Pignatone, el Papa Francisco implementó cambios radicales en la ley judicial del Vaticano a principios de este año. En particular, consolidó el puesto de Vicepresidente del Tribunal, asegurando una clara línea de sucesión. Esta medida refleja los esfuerzos continuos del Papa por modernizar y estabilizar la gobernanza del Vaticano, especialmente mientras navega por complejos desafíos legales y financieros.
El juez Venerando Marano, designado el año pasado como vicepresidente, asumirá el papel de Pignatone a partir del 1 de enero. Esta continuidad tiene como objetivo mantener el impulso de la reforma judicial y mantener la transparencia en los procedimientos legales del Vaticano.
Una carrera arraigada en la justicia de alto riesgo
Antes de unirse al Vaticano, Pignatone fue uno de los fiscales antimafia más destacados de Italia, y abordó el crimen organizado en Sicilia y Roma. Sus batallas contra la mafia a menudo lo colocaron en oposición a Alessandro Diddi, ahora fiscal jefe del Vaticano, lo que creó una dinámica única cuando los dos se enfrentaron en casos de alto perfil en sus roles actuales.
La reputación de Pignatone como jurista decidido trajo credibilidad al poder judicial del Vaticano, pero también trajo consigo su cuota de complicaciones. Este año, su nombre apareció en una investigación siciliana relacionada con presunta corrupción y vínculos con la mafia que se remonta a la década de 1990. Aunque Pignatone negó las acusaciones e invocó su derecho a no testificar, la investigación ensombreció sus últimos meses en el cargo.
Desafíos más allá de los tribunales
La partida de Pignatone se produce en un momento en que el Vaticano enfrenta desafíos financieros e institucionales más amplios. Las recientes revelaciones sobre el precario estado del fondo de pensiones del Vaticano han planteado preguntas sobre la sostenibilidad de los beneficios para los funcionarios jubilados, incluido Pignatone. El Papa Francisco advirtió recientemente sobre un «grave desequilibrio» en el sistema de pensiones, destacando otra área que requiere reforma.
Legado y preguntas por delante
Con la salida de Pignatone, su legado es una mezcla de logros significativos y preguntas sin resolver. Si bien fortaleció el sistema judicial del Vaticano y abordó la corrupción de alto perfil, el hecho de que su nombre esté vinculado a controversias externas podría complicar la forma en que la historia juzga su mandato.
Para el Vaticano, el desafío ahora es aprovechar el impulso de la reforma, garantizar la credibilidad de sus tribunales y abordar los problemas financieros y de gobernanza persistentes que aún persisten. Para Pignatone, la jubilación puede ofrecer un respiro de las presiones del cargo, pero su historia como jurista está lejos de terminar.
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