(ZENIT – 11 dic. 2018).- La Hermana Ausilia Polletta, de 93 años y 70 años de vida religiosa, ha intercambiado un saludo con el Papa Francisco después de la misa de la mañana del 11 de diciembre de 2018, en Santa Marta.
La monja de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora de Lourdes habló con él sobre el trabajo de su congregación de judíos durante la Segunda Guerra Mundial. «Me gustaría volver a encontrarme con estas familias judías que hospedamos durante la ocupación de Roma, en nuestro convento a través de Sistina, en el número 113, bajo la indicación precisa de Pío XII», ha declarado ella a L’Osservatore Romano.
«Recuerdo especialmente a una madre y sus dos hijos: tuve una buena amistad con ellos y nos animamos mutuamente a superar el miedo juntos», dijo la italiana consagrada.
Congregación
Fundada en 1863, la Congregación de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora de Lourdes, que hoy cuenta con 115 hermanas, se dedica a dar la bienvenida a los peregrinos al Santuario Mariano, pero también a educar a los jóvenes y ayudando a personas que sufren en Europa, Chile, Brasil y Argentina.
La hermana Ausilia, que ha vivido en Italia, Bélgica, Suiza y Francia, también ha confiado: «Durante 40 años en Niza, serví a los ancianos y enfermos con todo mi amor… hoy, mi misión es la oración: oro todos los días por el Papa, por la beatificación de Pío XII y por los jóvenes. También por las hermanas, para que nunca se desanimen y vivan su vocación».
Entre los objetos más apreciados por la religiosa, está su tarjeta de electora de 1946. «Fue la primera vez que a las mujeres italianas se les permitió ir a las urnas y no perdí esta oportunidad histórica de contribuir a la reconstrucción de Italia después de la guerra».