(ZENIT – 11 dic. 2018).- Con la ternura: «este es el modo de consolar del Señor», ha descrito el Papa esta mañana, martes, 11 de diciembre de 2018, en la Santa Misa, celebrada en la Capilla de Santa Marta, su residencia habitual.
«Es una palabra borrada de todos los vicios que nos alejan del Señor: vicios clericales, vicios de los cristianos un poco que no quieren moverse, tibios… La ternura causa temor», ha indicado Francisco, ante los fieles que participaban en la Eucaristía matutina.
La Primera Lectura tomada del Libro del profeta Isaías (Is 40,1-11), en efecto, es precisamente una invitación al consuelo: “Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice su Dios”, porque “su culpa está descontada”.
“He aquí, que Él, el Señor tiene consigo el premio, su recompensa lo precede”: Así termina el pasaje de Isaías, ha recordado el Santo Padre. “Como un pastor Él apacienta a la grey y con su brazo la reúne. Lleva a los corderitos sobre su pecho y conduce dulcemente a las ovejas madres”.
Se trata, por lo tanto –ha matizado el Pontífice– del “consuelo de la salvación”, de la buena noticia que “hemos sido salvados”. Cristo Resucitado, en aquellos cuarenta días, con sus discípulos hace precisamente esto: consolar.
Pero “nosotros no queremos correr el riesgo” y “oponemos resistencia al consuelo” como si “estuviéramos más seguros en las aguas turbulentas de los problemas”: “Nosotros estamos apegados a este pesimismo espiritual”, dijo el Papa.
“Hagamos la apuesta sobre la desolación, sobre los problemas, sobre la derrota” mientras el Señor trabaja con tanta fuerza pero encuentra resistencia. También se ve esto con los discípulos la mañana de la Pascua: “Pero yo quiero tocar y asegurarme bien”. Esto sucede porque se teme otra derrota.
Así, el Santo Padre concluyó exhortando a que cada uno se prepare a la Navidad al menos con la paz: la paz del corazón, «la paz de Tu presencia, la paz que dan Tus caricias», dijo dirigiéndose al Señor.