(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 18.02.2024).- El sábado 17 de febrero, el Papa Francisco recibió en audiencia a los miembros del Patronato de la Fundación de la Junta Constructora de la Basílica de la Sagrada Familia, el Obispo auxiliar de la archidiócesis de Barcelona, Monseñor David Abadías, el Rector de la Basílica de la Sagrada Familia y el equipo directivo de la Junta Constructora.
El Papa destacó la importancia de la arquitectura de la Sagrada Familia y ha pedido que «el clima de oración no se pierda en los templos». También ha invitado a acoger en la Basílica a los peregrinos que se acercan, este año de preparación al Jubileo del 2025. Ofrecemos a continuación el discurso completo del Papa:
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Miembros de la “Junta Constructora” de la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, me alegro de recibirlos junto a sus familias, en este año que, como he repetido en varias ocasiones, quiero dedicar a la oración, preparándonos para el Jubileo del 25. Todo un año en oración para esto. Es importante que el clima de oración no se pierda en los templos, debe ser una de las prioridades para los que, como ustedes, han recibido la responsabilidad del cuidado de los templos.
Seguramente han percibido cómo la Basílica de la Sagrada Familia se estructura de modo que en cada pórtico hay un tema, ilustrado por pasajes de la Escritura y enmarcado por una oración. Así la primera puerta, la de la fe, detrás de la imagen de Jesús predicando a los doctores, nos muestra el santo Trisagio. La fe predicada, debe hacerse oración. Siempre.
La puerta central de la caridad, cuya figura principal es precisamente la Sagrada Familia, nos invita a alzar nuestra mirada hacia el misterio de la Encarnación y desde él a desgranar las cuentas del rosario que desciende por las vidrieras, enmarcando la estrella de Belén, casi como diciendo: “aquí está nuestra luz”. Y es precisamente en la adoración, en la oración contemplativa de los misterios, donde nos abrimos a esa luz, como el ventanal de vuestro templo.
Los invito, por tanto, a acoger en la Basílica a los peregrinos que se acercan, para introducirlos con una actitud orante a contemplar el proyecto iconográfico del siervo de Dios Antonio Gaudí en su integridad, de forma que, como los pináculos y los campanarios, sus miradas se eleven y sus voces proclamen con los ángeles: “Santo nuestro Dios inmortal”. Gracias por todo lo que hacen, gracias. Que Dios los bendiga.
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