(ZENIT – Roma).- Una misa con motivo del segundo centenario de la independencia de Argentina ha sido celebrada este viernes en Roma, en la Iglesia Nacional del país, por iniciativa del embajador Rogelio Pfirter, número uno de la sede diplomática ante la Santa Sede.
El cardenal recordó que han sido 200 años de crecimiento del país, por lo tanto de logros y de dificultades, de marchas y de contramarchas, de incomprensiones y de reconciliación. “Por todo ese pasado, de logros y dificultades, de luces y de sombras damos gracias a Dios” dijo.
«Y reconociendo la paciencia de Dios debemos examinarnos para verificar como respondimos y cómo responderemos a un amor tan grande». Así propuso orar durante la misa «por quienes más sufren y necesitan, como quienes no tienen hogar, trabajo, salud o educación, o que son víctimas del descarte, del abuso, del tráfico de seres humanos y del narcotráfico».
El cardenal invitó además a todas las religiones que constituyen la sociedad argentina a trabajar con solidaridad y por el bien del país.
El purpurado quiso recordar dos hechos importantes de la historia reciente de la nación: la hermandad latinoamericana, la cual fue consolidada por san Juan Pablo II, que medió entre Santiago y Buenos Aires evitando así un conflicto bélico. Y tener un pontífice que provenga de Argentina.
“Que Dios bendiga a nuestra patria y nosotros cantaremos siempre su alabanza acompañados por María nuestra madre de Luján y por la intercesión de nuestro futuro santo, el cura Brochero” concluyó el cardenal.
Por su parte el embajador argentino Rogelio Pfirter, hacia el final de la ceremonia leyó la oración que recitó el presidente Macri al cierre del Congreso Eucarístico Nacional, celebrado el mes pasado en la ciudad de Tucumán. La ceremonia concluyó con el canto del himno nacional seguido por un sentido aplauso y por el canto «Cristo Jesús en ti la patria espera».