(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- La comunidad de Nomadelfia, –unas trescienta treinta personas, entre las cuales numerosos niños– fundada por el sacerdote italiano Zeno Saltini (1900-1981), que propone un modelo de vida inspirado en el de los primeros cristianos y cuya sede está en la provincia italiana de Grossetto, ha sido recibida esta mañana por el Papa Francisco en la Sala Clementina del Vaticano.
El Santo Padre escuchó los testimonios de algunos de sus miembros y fue invitado a visitar la comunidad de Nomadelfia la cual recibe cada año unas 10.000 personas.
“Me alegra vivir con ustedes este encuentro y aprender más acerca de vuestra experiencia de vida comunitaria”, dijo Francisco y les recordó que “el tiempo de Adviento nos ayuda a meditar sobre el misterio del Hijo de Dios” que “se revela no como uno que está en las alturas y domina el universo, sino como el que se abaja y desciende, asumiendo la apariencia frágil de un niño”.
Les señaló que don Zeno Saltini, el fundador de Nomadelfia, a pesar de las dificultades y las incomprensiones” llevó el evangelio y “vuestra comunidad de Nomadelfia es la prueba” y que
“se presenta hoy ante nosotros como ejemplo de discípulo fiel de Cristo que, a imitación del Divino Maestro, se inclina sobre el sufrimiento de los más débiles y los más pobres, convirtiéndose en testimonio de una caridad incansable”.
El Papa elogió la herencia espiritual vinculada a la vida de fraternidad, “que se caracteriza, en particular, por recibir a los niños y el cuidado muy especial de las personas mayores”.
“No se cansen de nutrir y alimentar este diálogo entre generaciones”, les exhortó Francisco, haciendo de la fe vuestra estrella polar y de la Palabra de Dios, la lección principal para asimilar y vivir en la realidad de la vida cotidiana”. Para ser cada vez más capaces de imitar “la cercanía de Dios a los hombres y de contemplar en el rostro de las personas más vulnerables la imagen del Niño Jesús”.
