(ZENIT – 7 dic. 2018). El Perú es uno de los cinco países que poseen el 70% del bosque tropical del planeta. Durante miles de años los bosques han dado vida al planeta tierra como fuente de agua erosionan los suelos y mantienen grandes cantidades de agua de lluvia 18 veces más que el propio suelo. Esta vez el milagro sucedido en el Perú es la unión de diversas voluntades para la protección de sus recursos naturales.
Promover el buen vivir de los pueblos, y la convivencia armoniosa con la naturaleza, es uno de los compromisos de la Declaración presentada por la iniciativa interreligiosa para los bosques tropicales en el Perú durante una conferencia de prensa, realizada el miércoles 5 de diciembre.
Este esfuerzo tiene como objetivo erradicar la deforestación de los bosques en la Amazonía vulnerada en un 65% de manera alarmante. Y es que no solo los pueblos indígenas están en riesgo, sino también los “guardianes” que habitan en ella.
Es por eso que diversas comunidades de fe y miembros de los pueblos originarios junto a las Naciones Unidas, el gobierno noruego, y diversas ONGs comprometidas, decidieron preservar la casa común, como lo pidió el Papa Francisco tras su visita al Perú en enero de este año.
Camino al próximo Sínodo 2019 que se realizará en Roma los promotores de esta iniciativa ponen en vitrina la defensa de la Amazonía peruana y de quienes la habitan.
¿Qué sucede con los bosques en la Amazonía?
La pérdida de los bosques ha alcanzado en nuestro país ocho mil kilómetros cuadrados en el último año como consecuencia de ello las constantes sequías e inundaciones causan un grave impacto social y cultural para las comunidades amazónicas.
“La desapación de los bosques tropicales es la pérdida de nuestra vida misma” nos recuerda el Papa Francisco en su encíclica Laudato SI, señaló el obispo de Jaén monseñor Alfredo Vizcarra también presidente de la Red Eclesial Pan Amazónica REPAM, quien lleva adelante esta iniciativa junto a otros líderes de fe de diversos credos existentes en el país.
En otro momento el obispo Samuel Aguilar, máximo representante de la iglesia Metodista en el Perú sostuvo que “No se trata tan solo de garantizar la vida de los bosques tropicales sino más bien de defender los derechos humanos de quienes la habitan”. Con este motivo como uno de los principales desafíos de esta iniciativa se ha considerado también contactar a las poblaciones indígenas que aun viven en aislamiento.
Conectados con la naturaleza
Historicamente los pueblos indígenas tienen una relación vital y espiritual con los bosques, con sus ríos, plantas animales, y seres espirituales. De esta forma transmiten sus conocimientos a través de las generaciones, indica la declaración que según manifestó el Presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) Lizardo Cauper Pezo estas inquietudes serán presentadas al Presidente de la República del Perú, Martín Vizcarra para que se incorporen en el debate tanto del parlamento como del ejecutivo.
En la declaración las comunidades de fe también piden perdón por haberse mantenido en silencio durante todo este tiempo tras la extracción indiscriminada de los recursos naturales, la tala ilegal de la madera, la minería y la extracción de hidrocarburos, así como la destrucción de infraestructura vial y represas amazónicas, según lo indica la declaración presentada también por el pastor Pedro Merino presidente del Concilio Nacional Evangélico del Perú.
El documento finaliza con el listado de compromisos que urge llevar adelante en el país para erradicar y hacer frente a la trata de personas, la trata de personas y el contrabando enquistados al interior de la Amazonía.
En los próximos meses los miembros de esta iniciativa peruana, que por primera vez llevan a delante la defensa de estos temas, se comprometieron también a realizar una serie de actividades para el cumplimiento de los acuerdos alcanzados.