(ZENIT – 23 dic. 2019).- El Santo Padre aceptó la renuncia al cargo de decano del Colegio Cardenalicio del cardenal Angelo Sodano, al cual otorgó el título de decano emérito del mismo Colegio Cardenalicio.
Esta decisión se hizo pública el pasado 21 de diciembre de 2019, tras el tradicional encuentro del Papa Francisco con la Curia romana para transmitirles las felicitaciones navideñas.
El cardenal Angelo Sodano, de 92 años, presentó su dimisión por motivos de edad, indica Vatican News. Es obispo y nuncio apostólico desde 1978, ejerció como secretario de Estado del 1990 al 2005 y como sucesor de Joseph Ratzinger como decano del Colegio cardenalicio, designado como previsto en las normas, por sus hermanos purpurados de la Orden de los Obispos.
Durante su discurso en la audiencia con la Curia con motivo de la felicitación navideña, Francisco expresó su gratitud, “también en nombre de los miembros del Colegio Cardenalicio, por el valioso y oportuno servicio que ha realizado como Decano, durante tantos años, con disponibilidad, dedicación, eficiencia y gran capacidad organizativa y de coordinación. Con esa forma de actuar ‘rassa nostrana’, como diría Nino Costa [escritor piamontés]”.
“Muchas gracias Eminencia. Ahora les corresponde a los Cardenales Obispos elegir un nuevo Decano”, continuó el Papa.
Cardenal decano
Hasta 1965, el oficio de cardenal decano estaba determinado por la antigüedad del nombramiento como “cardenal obispo” (uno de los tres órdenes de cardenales junto con los sacerdotes y diáconos). Pero Pablo VI lo convirtió en un cargo electivo entre los seis cardenales obispos.
El Santo Padre, a través de una carta apostólica en forma de Motu proprio publicada el mismo 21 de diciembre, estableció para este cargo un mandato de cinco años, renovable una vez.
En 2018, el actual Pontífice decidió ampliar el número de los participantes en la Orden de los Obispos, que hasta ese momento, estaba compuesta por los cardenales titulares de las diócesis suburbicarias y por los patriarcas orientales honrados con el púrpura, incluyendo al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado; al prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal Leonardo Sandri; el prefecto de la Congregación para los Obispos, cardenal Marc Ouellet; y el entonces prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el cardenal Fernando Filoni, ahora gran maestro de la Orden ecuestre del Santo Sepulcro.
Son ellos los que elegirán al próximo decano. Según el Código de Derecho Canónico (canón 352), el decano preside el Colegio Cardenalicio como primus inter pares (primero entre iguales), no ostenta “ningún poder” sobre los otros cardenales, según la ley de la Iglesia.
El decano debe informar a los cardenales de la muerte de un papa, como se indica en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis (n. 19). Preside las asambleas de los cardenales y las convoca a un cónclave (Cf. n. 38), donde guía los votos y pregunta al cardenal electo si acepta este cargo.
Con Anne Kurian