(ZENIT – Roma).- Con la santa misa en el estadio capitalino de M. Meskhi, inició el segundo y último día del papa Francisco en Georgia, viaje que proseguirá mañana domingo en Azerbaiyán.
El altar estaba ubicado en un palco construido dentro del estadio, el cual tenía un crucifijo puesto sobre el fondo con el logo de la visita del viaje del Santo Padre a Georgia. Y a uno de los lados se encontraba una imagen la Virgen de la piedad, teniendo en sus brazos el cuerpo de Jesús bajado de la cruz.
El Santo Padre que presidió la misa en latín, vestía paramentos blancos con cruces bordadas de color dorado y llevaba el palio. Con él concelebraron las autoridades religiosas del país, así como los obispos caldeos, rito que cuenta unos diez mil fieles en Georgia.
Estuvieron también muchos fieles ortodoxos, como más de la mitad del coro, así como el presidente y su esposa, también ellos de la Iglesia patriarcal, aunque no una delegación oficial de la Iglesia ortodoxa.
En esta mañana de sol, los varios miles de fieles que se encontraban allí usando gorros y pañuelos blancos o amarillos siguieron la misa con atención y recogimiento.El papa Francisco leyó su homilía en italiano y después cada párrafo un traductor lo transmitía en georgiano.
“Como una madre toma sobre sí el peso y el cansancio de sus hijos, así quiere Dios cargar con nuestros pecados e inquietudes”, recordó, “porque, más allá del mal que podemos hacer, somos siempre sus hijos”
Indicó que “el consuelo que necesitamos, en medio de las vicisitudes turbulentas de la vida, es la presencia de Dios en el corazón” y para ello “tenemos que dejar que el Señor entre en nuestra vida”, o sea “abrirle la puerta y no dejarlo fuera”.
Añadió que “la Iglesia es la casa del consuelo” en invitó a preguntarse “¿soy portador del consuelo de Dios? ¿Sé acoger al otro como huésped y consolar a quien veo cansado y desilusionado?”
Pero hay una condición fundamental para recibir el consuelo de Dios, ha indicado Francisco: “hacerse pequeños como niños”, sin necesidad de acumular honores y prestigios. En ese sentido indicó que «los niños, que no tienen problemas para comprender a Dios, tienen mucho que enseñarnos”, y debemos recordar que somos “no dueños de la vida, sino hijos del Padre; no adultos autónomos y autosuficientes, sino niños que necesitan ser siempre llevados en brazos, recibir amor y perdón”.
“Dichosos los pastores que no se apuntan a la lógica del éxito mundano, sino que siguen la ley del amor: la acogida, la escucha y el servicio” señaló Francisco. Y añadió: “Dichosa la Iglesia que no cede a los criterios del funcionalismo y de la eficiencia organizativa y no presta atención a su imagen”.
“Pequeño y amado rebaño de Georgia, que tanto te dedicas a la caridad y a la formación, acoge el aliento que te infunde el Buen Pastor, confíate a Aquel que te lleva sobre sus hombros y te consuela”, concluyó el Papa, y resumió estas ideas con algunas palabras de santa Teresa del Niño Jesús, de quien hoy es la fiesta, ente ellas: ‘Jesús no pide grandes hazañas, sino únicamente abandono y gratitud’.
(Leer el texto completo de la homilía)
Misa del Papa en el estadio de Meskhi en Georgia
El Papa en la misa en Georgia: 'Abramos la puerta al Señor para que nos dé su consuelo'
En el segundo y último día de su viaje apostólico celebró la misa ante miles de personas reunidas en el estadio de Meskhi