(ZENIT – 13 nov. 2019).- La Santa Sede confirma que el Tribunal Superior de Australia ha aceptado la apelación presentada por el cardenal George Pell, después de que el pasado 21 de agosto el Tribunal de Apelaciones del Estado de Victoria, con el voto de dos de los tres jueces, confirmarse la sentencia de seis años por abusos contra menores.
«Consciente de que el cardenal siempre ha afirmado su inocencia», en el comunicado emitido esta mañana, 13 de noviembre de 2019, Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa Vaticana, reitera su confianza en el sistema de justicia australiano, y reafirma, una vez más, la «cercanía» de la Santa Sede con «los que han sufrido a consecuencia de los abusos por parte de miembros del clero».
El Cardenal Pell presentó, a través de sus abogados, el 17 de septiembre de 2019, la apelación ante la Alta Corte australiana. Este tribunal constituye la última instancia judicial en este país, después de que el pasado 21 de agosto el Tribunal de Apelaciones del Estado de Victoria, con el voto de dos de los tres jueces, confirmarse la sentencia de seis años por abusos contra menores del cardenal Pell.
Derecho a apelar
Según los abogados del Cardenal Pell, señala Vatican News, la opinión disidente de uno de los tres jueces de la Corte de Apelación de Victoria, Mark Weinberg, puede proporcionar motivos razonables para revocar la sentencia: según este magistrado, la única víctima que queda viva no es creíble ni fiable y el veredicto no satisface el principio en base al cual una persona sólo puede ser condenada si las pruebas demuestran su culpabilidad más allá de toda duda razonable.
En una declaración, el arzobispo Mark Coleridge, presidente de la Conferencia Episcopal Australiana, afirma que «todos los australianos tienen derecho a apelar contra un fallo de la Alta Corte» y «el Cardenal George Pell ha ejercido ese derecho». La Alta Corte –observa el prelado– ha establecido que su condena merece ser reexaminada, recoge el portal informativo vaticano.
Seis años de prisión
El 13 de marzo de 2019 el cardenal Pell fue condenado a seis años de prisión, con posibilidad de pedir libertad condicional una vez transcurridos 3 años y 8 meses.
El purpurado australiano apeló y, más tarde, fue trasladado a la cárcel, donde comenzó a cumplir su condena. La audiencia de apelación se celebró los días 5 y 6 de junio y en el mencionado mes de agosto se comunicó la ya conocida resolución.