(ZENIT – Roma).- “La Providencia de Dios siempre nos precede. Pensad que ya ha decidido cuál será la próxima etapa de esta gran peregrinación iniciada por san Juan Pablo II en 1985. Y por eso os anuncio con alegría que la próxima Jornada Mundial de la Juventud – después de las dos de ámbito diocesano – será en 2019 en Panamá». Estas han sido las palabras del papa Francisco al final de la misa de clausura de la JMJ en Cracovia y antes de la oración del ángelus, para anunciar la próxima sede de la JMJ. Inmediatamente se ha despertado la alegría y gran emoción de todos los presentes panameños. Entre ellos, el presidente, Juan Carlos Varela, que se encontraba en el escenario junto con su mujer y después ha podido saludar y agradecerle el gesto al Santo Padre.
Previamente al anuncio, el Santo Padre ha indicado que al final de esta celebración, desea unirse a los presentes en el agradecimiento a Dios “porque nos ha concedido vivir esta Jornada Mundial de la Juventud”. También ha querido dar las gracias a los cardenales Dziwisz, arzobispo de Cracovia, y Ryłko, presidente del Pontificio Consejo para los laicos, por las palabras que le han dirigido, “y sobre todo por el trabajo y la oración con la que han preparado este evento”. Asimismo ha agradecido “a todos aquellos que han colaborado para su buen desarrollo”.
Finalmente ha dado “un inmenso gracias” a todos los jóvenes. Así, ha indicado que han “llenado Cracovia con el entusiasmo contagioso de vuestra fe”. Y les ha asegurado que “san Juan Pablo II ha disfrutado desde el cielo” y les “ayudará a llevar por todo el mundo la alegría del Evangelio”.
El Santo Padre ha observado que en estos días “hemos experimentado la belleza de la fraternidad universal en Cristo, centro y esperanza de nuestra vida”. Él –ha aseverado– ha hablado al corazón de cada uno de vosotros. “Os ha renovado con su amor, os ha hecho sentir la luz de su perdón, la fuerza de su gracia, os ha hecho experimentar la realidad de la oración”.
De este modo ha precisado que estos días han sido una “oxigenación espiritual” para que puedan vivir y caminar en la misericordia.
Por otro lado, ha recordado que María “nos enseña cómo la experiencia vivida aquí en Polonia puede ser fecunda”. Nos dice –ha explicado– que hagamos como ella: no desperdiciar el don recibido, sino custodiarlo en el corazón, para que germine y dé fruto, con la acción del Espíritu Santo.
De este modo, ha indicado el Papa a los jóvenes, “cada uno de vosotros, con vuestras limitaciones y fragilidades, podrá ser testigo de Cristo allá donde vive, en la familia, en la parroquia, en las asociaciones y en los grupos, en los ambientes de estudio, de trabajo, de servicio, de ocio, donde quiera que la providencia os guíe en vuestro camino”.
A continuación, se ha rezado la oración del ángelus. Al finalizar la oración, ha comenzado la música alegre y festiva y así los jóvenes han podido bailar y disfrutar de los últimos momentos de esta gran fiesta de la fe.
Jóvenes panameños - CCEW - Mazur, CC BY-NC-SA
Panamá acogerá la JMJ en el 2019
El Santo Padre anuncia el lugar de la próxima Jornada Mundial de la Juventud