(ZENIT – 9 oct. 2019).- «La población local no tiene voz», ha denunciado el obispo emérito de Xingu, en Brasil, el padre Erwin Kräutler, este mediodía, 9 de octubre de 2019, tercer día de trabajo sinodal en el marco de los nuevos caminos para la Evangelización en la Amazonía.
Los participantes en la 5ª Congregación general de la Asamblea del Sínodo Amazónico debatieron que «es necesario establecer un observatorio eclesial internacional para la protección de los derechos humanos y las necesidades de estas comunidades», informó Vatican News. En concreto, hablaron de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario, particularmente vulnerables y expuestos al genocidio.
«Hoy la Amazonía se considera como una provincia energética. Esta posibilidad de crear mil e incluso más centrales hidroeléctricas están previstas, por lo que yo sé, algunas están en construcción, otras se van a construir en un futuro», ha asegurado que esto «es un ataque a la ecología, con consecuencias devastadoras para los habitantes de aquella la región». Sin embargo, ha aportado que «se puede explotar el sol que puede responder muy bien a las necesidades energéticas».
Ataque al ecosistema
«En Belo Monte siempre hemos sido contrarios a la construcción de estas plantas eléctricas. Ha sido un ataque al ecosistema», y ha testimoniado: «Yo vivo ahí y percibo todas las consecuencias de la planta de Belo Monte», asegurando que el río Xingu «ya no es el mismo que antes».
«Se han cortado todos los árboles y se han construido unas habitaciones minúsculas donde pueden vivir como mucho familias con dos hijos, y hay muchas personas que no tienen donde vivir. A los pueblos indígenas afectados se les prometió el azul del cielo, todo va a ser mejor, pero lo que ocurrió es totalmente lo contrario. No es que yo quiera ser negativo, pero yo lo he visto con mis propios ojos».
«Esta agresión a la selva amazónica ha conllevado una vez más a cortar los árboles en las islas. Esta represa que se construyó para crear la planta energética obstaculiza la migración de los peces. Toneladas y toneladas de peces han sido matados. (…) ¿Cómo podemos seguir diciendo que se trata de energía limpia?», ha exclamado el obispo.
Más diálogo: Poblaciones locales
Además, en la 5ª Congregación general se comentado la «lentitud» con la que a veces la Iglesia Católica atiende las necesidades de la población. A veces, de hecho, «está lejos de la gente local y este vacío se llena con la propuesta de las iglesias neopentecostales», recoge el portal de información vaticano.
El diálogo ecuménico e interreligioso sigue siendo urgente e indispensable: respetuoso y fecundo, una dimensión fundamental para la Iglesia que sale de la región panamazónica, caracterizada por un contexto multicultural. La «interculturalidad» es más que un reto. No a una imposición desde lo alto de la propia cultura. Sí a la aceptación del otro y a una sana descentralización desde una perspectiva sinodal. La Iglesia, sin ocultar las dificultades, ya sean misioneras, debe tener un rostro indígena y fomentar una lógica según la cual la periferia se convierte en el centro y el centro en la periferia en un rico movimiento de transformación mutua.
Unidad en la diversidad
La unidad en la diversidad debe perseguirse según la imagen del poliedro sugerida repetidamente por el Papa. En la escuela de Jesús se nos pide pasar de la pastoral de la visita a la pastoral de la presencia y de la escucha, proclamando la ternura divina y promoviendo el cuidado de la Casa Común no sólo entre los amigos, sino también entre los que están lejos y piensan diferente.
Los valores de la fraternidad universal, la ecología integral y los estilos de vida inspirados en el «buen vivir» están enraizados en Jesús como respuesta a las muchas propuestas egoístas de nuestro tiempo. Frente a la tragedia climática denunciada a nivel mundial, el Sínodo es un momento de gracia y de un gran oportunidad para que la Iglesia promueva la conversión ecológica y la educación integral.
Migración y pastoral urbana
También ha llamado la atención de los padres sinodales sobre la cuestión de las migraciones, cuyas causas principales son las persecuciones sociopolíticas, climáticas, económicas o étnicas, que requieren un enfoque pastoral específico. La imposición de un modelo occidental extractivo golpea a las familias y obliga a los jóvenes a desplazarse por las ciudades. La Iglesia debe convertirse en promotora de la pastoral urbana.
Teología india y tradiciones locales
En el debate se abordó el valor de la teología india, con referencia a la llamada del Papa a la forma una «Iglesia con rostro indígena», capaz de releer los elementos esenciales del universo católico en clave indígena. Se subrayó el valor de la medicina tradicional, una alternativa válida a la medicina occidental, se propuso la creación de más reservas naturales para preservar tanto la biodiversidad como la pluralidad de las culturas amazónicas.