El 5 de enero de 1964, en Jerusalén, el histórico encuentro entre el papa Pablo VI y el patriarca Atenágoras rompió con siglos de silencio y distanciamiento entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa y marcó el comienzo de una etapa de diálogo y fraternidad, un paso clave hacia la unidad de los cristianos.

En el aniversario del trascendental abrazo, y a la espera de la visita del papa Francisco y el patriarca Bartolomé, una delegación internacional de la Comunidad de Sant'Egidio está en Jerusalén para recorrer los pasos de Pablo VI y Atenágoras.

Según informa la propia comunidad, la delegación ha empezado a reunirse estos días con los líderes de las Iglesias cristianas, los representantes del Gran Rabinato, del Islam y de otras comunidades religiosas de la Ciudad Santa, para renovar el espíritu de diálogo y de fraternidad de ese primer encuentro.

La Comunidad de Sant'Egidio nació en Roma en 1968, por iniciativa de un joven que tenía entonces menos de veinte años, Andrea Riccardi. Comenzó reuniendo a un grupo de estudiantes de bachillerato para escuchar y poner en práctica el Evangelio. La primera comunidad cristiana de los Hechos de los Apóstoles y Francisco de Asís fueron los primeros puntos de referencia.

El pequeño grupo comenzó enseguida a ir a la periferia romana, entre las chabolas que rodeaban a la Roma de aquel tiempo, donde vivían muchos pobres, y comenzaron así a dar clases a los niños por la tarde: era la Escuela Popular (que hoy se llama Escuela de la Paz en muchos sitios del mundo).

Desde aquel momento la comunidad ha crecido mucho, y hoy se encuentra en más de 70 países del mundo de 4 continentes. Igualmente el número de miembros de la comunidad crece constantemente: hoy son unos 50.000. Sin embargo, es bastante difícil calcular el número de todos los que se unen de diversas maneras a las actividades del servicio de la comunidad, y de todos aquellos que colaboran de forma estable y significativa al servicio de los más pobres y en las otras actividades desarrolladas por Sant'Egidio sin que formen parte en sentido estricto.