ROMA, jueves 7 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- El canto gregoriano es la clave para la renovación de la música sacra.

Ésta es la conclusión de la conferencia que el padre Uwe Michael Lang, consultor de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, pronunció este miércoles por la tarde en la Academia Urbana de las Bellas Artes, en Roma.

En la primera sesión del año académico 2010-2011 del seminario superior Las razones del arte, el padre Lang explicó que “la carta encíclica Annus qui del 1749 es el pronunciamiento papal más importante sobre la música sacra, antes del Motu proprio Tra le sollecitudini de san Pío X en 1903”.

“En ella -explicó-, el Papa Benedicto XIV propone los criterios importantes de la música sacra que son válidos más allá de los límites de su contexto histórico y resuenan también en nuestro tiempo”.

“La encíclica -añadió el padre Lang- presenta el canto llano como normativa para la liturgia romana, mientras aprueba la polifonía no acompañada y permite también la música orquestal, aunque con ciertas condiciones, en el culto divino”.

“Ésta ha sido la postura secular de la Iglesia católica, y se refleja en la Constitución sobre sagrada liturgia del Concilio Vaticano II, que exalta el canto gregoriano como la música 'propia' de la liturgia romana”.

“La preeminencia del canto -recordó- fue confirmada por Benedicto XVI en su Exhortación apostólica postsinodal Sacramentum Caritatis del 2007”.

“El valor del canto gregoriano es su íntima relación con el texto litúrgico, al cual da forma musical”, indicó.

Annus qui pide explícitamente la integridad y la inteligibilidad de los textos que se cantan en la misa y en el oficio divino -dijo-. Esta preocupación ya fue debatida en Trento, pero no incluida en los documentos oficiales del concilio”.

Y concluyó: “Si bien la música sacra no puede limitarse exclusivamente al canto gregoriano, es esto, sin embargo, lo que tiene en sí las claves para una verdadera renovación de la misma”.

Discurso del Papa por el concierto con ocasión de su onomástico

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 21 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos a continuación el discurso pronunciado el pasado viernes por la noche por Benedicto XVI, al término del Concierto en su honor celebrado en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano.

La obra Las siete últimas palabras de Cristo en la Cruz, nueva versión de la Pasión de Joseph Haydn «a la manera de Haydn», del compositor de la Corte real española José Peris Lacasa, fue ejecutada por el cuarteto de cuerda Henschel Quartett y por la mezzosoprano Susanne Kelling.