ROMA, domingo 4 diciembre 2011 (ZENIT.org).- El 26 de noviembre pasado, en el ateneo pontificio Regina Apostolorum de Roma, Italia, tuvo lugar un congreso sobre Vida Consagrada y Nueva Evangelización, con motivo de los diez años de andadura del Instituto Superior de Ciencias Religiosas, del mismo ateneo, que imparte cursos de formación permanente para consagrados en Italia y en varios países del mundo.

Más de 150 participantes de variados institutos y congregaciones femeninas siguieron los trabajos. Las religiosas y consagradas procedían de Roma y de otras partes de Italia.

Abrió la jornada el rector Pedro Barrajón LC, encomiando el trabajo realizado por el Instituto a favor de la formación permanente de religiosas. El rector también estuvo presente en la conclusión, acompañando a monseñor Joao Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, quien impartió la conferencia de cierre de la jornada.

Explicaron la complementariedad necesaria entre vida consagrada y nueva evangelización, varios expertos, como Germán Sánchez Griese, profesor ordinario del Instituto Superior de Ciencias Religiosas, quien habló acerca del tiempo presente en que se afronta el reto de la Nueva Evangelización en la Iglesia. Siguió Amedeo Cencini, FC, uno de los autores más conocidos por las religiosas y consagradas en Italia. El padre Cencini expuso cómo evangeliza la vida consagrada hoy, haciendo hincapié en la centralidad de Cristo y en la necesidad del testimonio de vida.

El padre Giacomo Ruggieri, de la diócesis de Fano, abordó los escenarios de la Nueva Evangelización para la vida consagrada en Italia. Desde el carisma de cada congregación hay que buscar la manera de adaptarse a las nuevas realidades y exigencias que presenta el panorama relativista y descristianizante en Occidente. Continuó la reflexión en torno al mismo tema del carisma y su fuerza en la Nueva Evangelización, el padre Fabio Ciardi, OMI.

Los expertos hicieron notar al numeroso público que la fe y confianza en Dios, quien guía la historia con su providencia, hace mirar adelante con optimismo, al tiempo que pide colaboración total para la ingente obra de la nueva evangelización en que está empeñada la Iglesia. Las religiosas y consagradas son casi el 70% de los consagrados en la Iglesia, una fuerza considerable e imprescindible.

En su conferencia final, monseñor Joao Braz de Aviz señaló que “si la vida consagrada es Confessio Trinitatis (Cf. Juan Pablo II, Vita Consecrata de 1996), las comunidades religiosas tienen la gran oportunidad de realizar este icono trinitario, a imagen de Dios Amor, y ser así testimonio creíble para el mundo”. “Dios es Amor es la definición más breve, más real y profunda al mismo tiempo del misterio trinitario”, añadió. De ahí que hay que volver una y otra vez a la propia identidad trinitaria, como bautizados y personas consagradas.

La vida consagrada va contracorriente en el mundo, pero por lo mismo reafirma la validez perenne de los valores cristianos que vive y proclama. El reto hoy es grande y emocionante, pues se trata de contribuir en la Nueva Evangelización, pero al mismo tiempo es imprescindible ‘evangelizar’ hoy la vida consagrada para renovarla. El religioso y consagrado no deja de ser discípulo durante toda su vida: mira a Cristo como su modelo inagotable y así se entiende la necesidad de una formación permanente. Para ello el programa no ha cambiado: hay que Recomenzar de Cristo y con la fuerza de su Amor a cada alma que Él elige, renovar el propio impulso misionero dentro de la Iglesia.

Con este congreso, el ateneo pontificio celebró el 10 aniversario de su labor y contribución a la formación permanente de la vida religiosa femenina.

Para saber más: www.upra.org).

Por Luis Alfonso Orozco LC