(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 04.05.2024).- En la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico el Papa Francisco recibió en audiencia a un grupo de unos 50 peregrinos de Amsterdam, en ocasión del 750 aniversario de la fundación de la ciudad. En la delegación se encontraba un coro que durante la audiencia interpretó algunas piezas para el Papa (Diga Maria). Entre los participantes estaba también la embajadora de Holanda ante la Santa Sede, Annemieke Ruigrok, el ex ministro Ed Nijpels y la ex parlamentaria europea Maria Martens. Se presentó al Papa una nueva variedad de tulipán que llevará el nombre de su última encíclica ‘Fratelli tutti’.
Las flores y bulbos para los Jardines del Vaticano fueron presentados al Pontífice por Paul Russel, presidente de la fundación Amsterdam KSBW. La visita también buscó ser una introducción al 750 aniversario de Ámsterdam. La historia de la ciudad, hoy una de las más internacionales del mundo, está ligada a la Iglesia católica que, entre otras cosas, donó terrenos y derechos de ciudad.
Por la tarde del mismo sábado, Monseñor Hendriks celebró la Santa Misa en la Basílica de San Pedro (en italiano) con cantos del coro de Ámsterdam. A continuación la traducción al español del discurso del Papa:
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Una calurosa bienvenida a vosotros, peregrinos de Amsterdam: al Obispo Monseñor Hendriks, al Excmo. Sr. Ed Nijpels, a los miembros de la Fundación Católica para la Promoción del Bienestar Social de Amsterdam, a la familia Russel, al Rector y al Coro de la Basílica de San Nicolás y a todos vosotros.
El motivo de su visita es el 750 aniversario de la ciudad de Ámsterdam, cuyas celebraciones comenzarán este año. Los orígenes y el desarrollo de esta ciudad también están ligados a la fe y a la Iglesia católica. Un momento clave de su historia es el milagro eucarístico que tuvo lugar en 1345 y que aún hoy se recuerda con una procesión silenciosa y la adoración del Santísimo Sacramento.
Al mismo tiempo, Ámsterdam es una ciudad en la que muchas personas trabajan por los pobres y por los emigrantes, colaborando con la labor de las Hermanas de la Madre Teresa, con la pastoral de drogadictos, con la comunidad de San Egidio y con muchas otras iniciativas.
Ámsterdam es una ciudad habitada por personas de muchas nacionalidades, llamadas a vivir juntas como hermanos y hermanas. Las iglesias, en particular, son lugares donde se reúnen personas de todos los orígenes sociales y culturales. Gracias, ¡muchas gracias por vuestro compromiso en este sentido!
Os deseo a todos que viváis y trabajéis en vuestra hermosa ciudad con la bendición de Dios; que deis testimonio gozoso de la fe y del amor concreto al prójimo, animados y sostenidos por la Eucaristía; y que vuestro compromiso siga promoviendo la fraternidad y la solidaridad entre los habitantes de Amsterdam.
Que la Virgen María, madre de todos los hombres, os conserve en la fe, la esperanza y la caridad. Os bendigo de corazón y os acompaño con mis mejores deseos. Y, por favor, os pido que recéis por mí. Gracias.
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