(ZENIT Noticias / Roma, 19.12.2024).- Para la mayoría de los estadounidenses, el 25 de diciembre es un día de luces, regalos y reuniones festivas. Sin embargo, detrás de las decoraciones brillantes y la música alegre se esconde una sorprendente desconexión: si bien casi todos los estadounidenses celebran la Navidad, solo una pequeña fracción puede contar la historia bíblica detrás de la festividad.
Un estudio de Lifeway Research revela que el 91% de los estadounidenses participa en las festividades navideñas. Esta cifra se ha mantenido estable desde 2010 e incluye a personas de todos los orígenes religiosos y no religiosos. Los católicos (99%) y los protestantes (97%) lideran la forma de celebrar el día tradicionalmente vinculado al nacimiento de Jesús. Sin embargo, incluso el 74% de las personas de religiones no cristianas y el 82% de las personas sin afiliación religiosa se unen a la celebración de la temporada.
“La Navidad es un momento cultural compartido en Estados Unidos”, dijo Scott McConnell, director ejecutivo de Lifeway Research. “Incluso aquellos que no están familiarizados con la historia del nacimiento de Jesús encuentran formas significativas de participar.”
¿Navidad sin Cristo?
Si bien la mayoría de los estadounidenses celebran la Navidad, falta comprensión de sus raíces bíblicas. Según un estudio de Lifeway de 2018, solo el 22% de los adultos estadounidenses cree que podría volver a contar con precisión y en su totalidad la historia de la Natividad de memoria. Otro 31% dice que podría contarla, pero que podría pasar por alto algunos detalles o equivocarse en otros. Alrededor del 25% solo pudo brindar un resumen general, mientras que el 17% admite que no podría contar la historia en absoluto.
Esta brecha entre la celebración y la comprensión ha desconcertado a los investigadores, especialmente porque el 65% de los estadounidenses expresan el deseo de que la Navidad se centre más en Jesús.
“La historia bíblica del nacimiento de Jesús no ha cambiado en 2000 años, pero menos de la mitad de los estadounidenses cree que podría compartirla con precisión”, observó McConnell. “Entre las muchas tradiciones navideñas, quizás la más importante que las iglesias pueden ofrecer es simplemente leer la historia de la Natividad en voz alta”.
Fe, educación y memoria
La capacidad de contar la historia bíblica de Navidad varía ampliamente entre los grupos demográficos. Los cristianos evangélicos se destacan, con un 46% seguro de poder volver a contar la historia con precisión, tres veces más que los no evangélicos (15%). La asistencia regular a la iglesia también juega un papel. Entre los cristianos que asisten a los servicios al menos cuatro veces al mes, el 45% dice que puede recordar la historia, en comparación con solo el 13% de los que asisten con menos frecuencia.
La educación agrega otra capa de complejidad. Los estadounidenses con títulos universitarios (35%) o licenciaturas (26%) tienen muchas más probabilidades de sentirse seguros al contar la historia que aquellos con un diploma de escuela secundaria o menos (18%).
Tendencias regionales y de género
A nivel regional, el espíritu navideño parece más brillante en el Medio Oeste, donde el 94% de los residentes celebran la festividad. Este porcentaje es superior al 88% observado en el noreste, donde las tradiciones pueden enfrentar una competencia más dura por parte de diversas expresiones culturales. Las mujeres (94%) también tienen más probabilidades que los hombres (89%) de participar en las celebraciones navideñas, lo que pone de relieve las posibles diferencias en la forma en que se percibe y se observa la festividad.
El desafío de mantener a Cristo en la Navidad
Los hallazgos reflejan una tendencia cultural más amplia: si bien la Navidad sigue siendo una festividad dominante, su significado religioso continúa difuminándose para muchos estadounidenses. Las historias navideñas ficticias, desde Rudolph hasta Santa Claus, se vuelven más prominentes cada año, eclipsando la narrativa bíblica para muchos.
Los líderes de la iglesia ven esto como un desafío y una oportunidad. “Los programas que dan vida a la historia de la Natividad, ya sea a través de lecturas en vivo, obras de teatro o sermones, son más importantes que nunca”, dijo McConnell.
Una festividad de paradojas
La Navidad en los EE. UU. se encuentra en una encrucijada: una celebración universal que une a personas de diferentes creencias, pero cada vez más alejada de su significado original. Todavía está por verse si los estadounidenses volverán a conectarse con el núcleo espiritual de la festividad, pero una cosa está clara: la Navidad, en sus muchas formas, llegó para quedarse.
En un país donde solo uno de cada cinco puede recordar la historia de la Natividad, pero casi todos cuelgan luces e intercambian regalos, la Navidad tiene tanto que ver con la cultura como con la fe. Tal vez la belleza de la festividad resida en esta paradoja: una historia atemporal que espera ser redescubierta entre luces centelleantes y canciones alegres.
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