En la homilía, el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, monseñor Fernando Sebastián, presentó a Francisco Javier como un modelo en las actuales circunstancias, «cuando en nuestro país y en todo el occidente vivimos bajo la tentación de organizar nuestra vida sin Dios, sin Cristo, sin religión, como si ello fuera un camino de libertad, progreso y felicidad».

Francisco de Javier «nos viene a recordar que sólo en Cristo está el futuro de la humanidad», afirmó el arzobispo.

Concelebraron con monseñor Sebastián el nuncio apostólico en España, el arzobispo Manuel Monteiro de Castro; el prepósito general de la Compañía de Jesús, el padre Peter-Hans Kolvenbach; el presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Ricardo Blázquez; además de provinciales de los jesuitas repartidos por todo el mundo.

Al final de la celebración se leyó el documento de la Penitenciaría Apostólica, firmado por el cardenal James Francis Stafford, con el que se concede indulgencia plenaria a quienes, durante el año, vayan en peregrinación a la catedral de Pamplona, a la parroquia de Javier y al Castillo santuario de san Francisco Javier.

En la celebración se recordó que la Compañía de Jesús, en 2006, celebra otros dos importantes aniversarios: los 450 años transcurridos desde la muerte de Ignacio de Loyola (1556) y los 500 transcurridos desde el nacimiento de Pedro Fabro (1506).

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