UTRECHT, miércoles, 21 diciembre 2005 (ZENIT.org).- Convocada para dar seguimiento a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Colonia de este verano, la primera cita nacional de jóvenes católicos en Holanda, a la que acudieron 2.300, registró una participación que no se veía desde hace décadas.
Esta Jornada de la Juventud, celebrada el 27 de noviembre en Utrecht, ha sido fruto de la colaboración entre diócesis y movimientos eclesiales, entre ellos la Renovación Carismática, el Comité de Jóvenes Católicos, Emmanuel y los Focolares, una comunión de carismas que ya se vivió en la preparación de la JMJ.
Dando cuenta del acontecimiento, el movimiento de los Focolares (www.focolare.org) expresa que «una Iglesia vital, gozosa, auténtica, en camino hacia y con la sociedad, es la que atrajo a 2.300 jóvenes holandeses en un domingo de finales de noviembre», y lo describe como una respuesta «sin precedentes».
Benedicto XVI se quiso hacer aquel día «espiritualmente presente» entre los jóvenes holandeses con un mensaje autógrafo (Cf. Zenit, 28 noviembre 2005) que fue acogido en medio de un prolongado aplauso.
«La felicidad que buscáis, la felicidad que tenéis derecho de disfrutar, tiene un nombre, un rostro: el de Jesús de Nazaret», les aseguró el Santo Padre.
En sus líneas les sugirió además consejos personales para profundizar en la relación con Jesús, les exhortó a que, como miembros de la Iglesia –«que es una gran familia»–, no se sintieran nunca solos y les aseguró la necesidad que Jesús tiene de los jóvenes «para renovar la sociedad actual».
El encuentro prosiguió con profundizaciones de grupo sobre catequesis y aplicación social, y se abarcaron temas como fe, ética y ciencia, cómo vivir como cristiano en la política, en la docencia o en la economía, el ecumenismo y el diálogo interreligioso.
«La niebla que por décadas ha cubierto a la juventud en la Iglesia católica en Holanda ha desaparecido», expresó en su homilía el obispo auxiliar de Roermond, monseñor Everardus Johannes de Jong –responsable de la pastoral juvenil—, en la Misa concelebrada con el cardenal Adrianus Johannes Simonis –arzobispo de Utrecht–, quien clausuró la Jornada.
De acuerdo con el movimiento de los Focolares, «cuanto está ocurriendo en Holanda es un fenómeno que se está verificando también en otros países europeos».