En una visita a la sede de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) el sacerdote denuncia que los cristianos son ciudadanos de segunda clase y que se les niegan derechos humanos básicos.
En el sexagésimo aniversario de la creación de Pakistán como nación independiente (el 14 de agosto de 1947), explicó que, aunque todos los paquistaníes se consideran afortunados por tener una identidad nacional y un país propios, la visión de Mohamed Alí Jinnah, «padre de la nación paquistaní», está desdibujándose.
Jinnah soñaba con un país en el que todos los ciudadanos fueran iguales y vivieran, independientemente de su fe, como ciudadanos libres. Sin embargo, esta apertura no se da en la realidad, pues los cristianos viven una situación de gran inseguridad, aseguró el sacerdote: no son libres para llevar a cabo sus actividades religiosas, y en la sociedad son objeto de discriminación y opresión, aclara el sacerdote.
Según dijo a AIN, las agresiones de motivación religiosa pueden «en cualquier momento» crearles «cualquier tipo de problema imaginable» a los cristianos. De ahí que reine un gran temor entre ellos.
Para la Iglesia católica, el diálogo interreligioso reviste una particular importancia en la vida cotidiana de la gente normal. El P. Asi cree que compartir las alegrías y preocupaciones es una forma de entablar un «diálogo de la vida».
Así, por ejemplo, la Iglesia anima a los creyentes a celebrar las fiestas nacionales, con el fin de promover un espíritu de unidad más profundo entre los miembros de las diferentes religiones del país.
En Pakistán, los cristianos representan a una pequeñísima minoría de un 1,5% en una población de unos 167 millones de habitantes, en su inmensa mayoría musulmanes, y, además, los católicos viven muy dispersos por todo el país.
El padre Asi hizo hincapié en la importancia que tienen las Sagradas Escrituras para los cristianos paquistaníes.
La Comisión Bíblica Católica, de la que es secretario, acaba de publicar la novena edición de la Biblia en urdu y en inglés, la lengua oficial en Pakistán.
«Nuestros creyentes católicos sienten un amor natural e innato por las Sagradas Escrituras», señaló, añadiendo que no deja de conmoverle la gran reverencia que muestran por la Palabra de Dios.
El sacerdote explicó que la Biblia se lee y escucha con gran respeto, y que este libro ocupa un lugar de honor en los hogares y las iglesias, precisando que incluso las personas más sencillas plantean preguntas profundas sobre las Sagradas Escrituras.
El padre Asi calificó su acercamiento a la Biblia de «lectura oradora». Este amor por la Palabra de Dios une a los cristianos con los miembros de otras religiones como, por ejemplo, los musulmanes y los sijs, añadió.
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Aug 21, 2007 00:00