El cambio de la postura de AI ha motivado un acuerdo por parte de los obispos estadounidenses que consideran la decisión de la organización como «divisoria y contraria a la gente de muchas naciones, culturas y religiones que comparten una acción consistente a favor de todos los derechos humanos».
Los obispos también urgieron a AI a revisar su política de apoyo al aborto. El llamamiento episcopal está expresado en una misiva del obispo de Spokane y presidente de la Conferencia del Episcopado de Estados Unidos, monseñor William S. Skylstad.
En su mensaje dirigido a AI, monseñor Skylstad advierte que «para algunos, la decisión de Amnistía Internacional podría aparecer como una respuesta compasiva a las mujeres en situaciones difíciles de embarazo; pero se trata de una falsa compasión: el verdadero compromiso con los derechos de las mujeres nos propone trabajar tanto por ellas como por sus hijos no nacidos».
«Como ha argüido la Conferencia de los Obispos de Estados Unidos –continúa diciendo monseñor Skylstad–, una comprensión profunda implica proveer de soporte y servicios a la mujer embarazada, avanzar en su educación y en su posición económica en la sociedad, y resistir todas las formas de violencia y estigmatización contra las mujeres».
«La Iglesia católica provee estos servicios a muchas mujeres alrededor del mundo y continuará haciéndolo», concluye su misiva a AI monseñor Skaylstad.