CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 4 abril 2008 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha aclarado con un comunicado que el texto de la oración por los judíos del Viernes Santo, redactado para las comunidades que celebran la liturgia según el misal precedente al Concilio Vaticano II, no supone un paso atrás en las relaciones con el pueblo de Israel.
La Secretaría de Estado ha salido al paso con esta declaración de las interpretaciones de algunos representantes judíos que veían en el texto de esta plegaria una renuncia al diálogo emprendido con la declaración Nostra aetate, aprobada por ese Concilio y emitida por el Papa Pablo VI en 1965.
La oración sugerida para las comunidades ligadas a la liturgia tradicional reza para que los judíos «reconozcan a Jesucristo, Salvador de todos los hombres» y para que «entrando la plenitud de los pueblos en tu Iglesia, todo Israel sea salvado».
Sin embargo, la oración ordinaria de la Iglesia sigue utilizando la fórmula del misal adoptado en 1969, que entró en vigor en 1970, bajo el papado de Pablo VI: «Recemos por los judíos a quienes Dios habló en primer lugar: para que progresen en el amor de su Nombre y en la fidelidad a su alianza».
En la declaración, a Santa Sede asegura que la nueva formulación «no ha pretendido de ningún modo manifestar un cambio en la actitud de la Iglesia católica hacia los judíos, sobre todo a partir de la doctrina del Concilio Vaticano II».
Para Benedicto XVI, añade, la declaración Nostra aetate supone «un hito en el camino hacia la reconciliación de los cristianos con el pueblo judío».
«La continuidad en la actitud de la declaración Nostra aetate se demuestra, por otra parte, con el hecho de que el Oremus por los judíos contenido en el Misal Romano de 1970 sigue en pleno vigor, y es la forma ordinaria de la oración de los católicos», subraya.
«El documento conciliar, en el contexto de otras afirmaciones sobre las Sagradas Escrituras (Dei Verbum 14) y sobre la Iglesia (Lumen gentium 16), expone los principios fundamentales que han sostenido y sostienen también hoy las relaciones fraternales de estima, de diálogo, de amor, de solidaridad y de colaboración entre católicos y judíos».
«Escrutando el misterio de la Iglesia, Nostra aetate recuerda precisamente el vínculo totalmente particular con que el Pueblo del Nuevo Testamento está espiritualmente ligado con la estirpe de Abraham y rechaza cualquier actitud de desprecio y de discriminación hacia los judíos, repudiando con firmeza toda forma de antisemitismo».
La nota concluye asegurando que «la Santa Sede desea que las precisiones contenidas en este comunicado contribuyan a aclarar los malentendidos y reafirma su firme deseo de que avancen aún más los progresos alcanzados en la comprensión y estima recíproca entre judíos y cristianos durante estos años».
En su próximo viaje a los Estados Unidos, Benedicto XVI visitará la sinagoga de Nueva York y en Washington se reunirá con una delegación de la comunidad local, con motivo de la Pascua judía, según ha revelado este viernes el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede.
El portavoz vaticano ha confirmado la noticia publicada por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, según la cual, al programa oficial del viaje se le han añadido dos citas con representantes judíos: el primero, en Washington, al final del encuentro interreligioso del 17 de abril; el segundo, el día después, en Nueva York, en la Park East Synagogue, cercana a la sede de la nunciatura apostólica, donde se albergará el pontífice.
Por Jesús Colina