CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 11 abril 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha rendido tributo al «gran amor a Dios y a la Iglesia» del cardenal Ernesto Corripio Ahumada, arzobispo emérito de la archidiócesis primada de México, fallecido este jueves a los 88 años (Cf. Zenit, 10 de abril de 2008).
En un telegrama enviado al cardenal Norberto Rivera Carrera, su sucesor en esa sede arzobispal, el Papa confiesa que se siente «profundamente entristecido» al recibir la noticia de la muerte «del querido cardenal», «después de una larga enfermedad vivida con gran serenidad».
El Santo Padre expresa su «más sentido pésame» «a los familiares del difunto y a todo ese querido pueblo mexicano».
«Me uno a todos para encomendar a la misericordia del Padre celestial a este celoso pastor que con tanta caridad ha servido a su pueblo», añade.
Recorriendo etapas de su vida, el Papa destaca «su generoso e intenso ministerio episcopal en Tampico, y luego como arzobispo de Antequera, Puebla de los Ángeles y México, siendo también durante algunos años presidente de la Conferencia Episcopal de ese país».
Su existencia, concluye, «testimonia su gran amor a Dios y a la Iglesia, así como su gran dedicación a la causa del Evangelio».